El Pentágono contrata a un robot campeón de póker para sus estrategias de defensa

AGENCIAS/ WASHINGTON/ A través de la gran pantalla ya hemos visto en múltiples ocasiones esas extrañas maniobras que presuntamente podría llegar a utilizar el Departamento de Defensa de los Estados Unidos para garantizar la seguridad nacional. Ahora hemos sido testigos de que, una vez más, la realidad supera a la ficción.

La revista estadounidense Wired confirmaba hace unos días que un robot de nombre Libratus, especializado en póker, ha sido contratado por el Pentágono para trabajar conjuntamente con el Ejército de los Estados Unidos. Según ha trascendido, el contrato recoge que el robot estará a disposición del Departamento de Defensa norteamericano durante un periodo de dos años por 10 millones de dólares.

Este bot de Inteligencia Artificial (IA) saltaba a la fama en 2017 al derrotar de forma contundente en la variante de heads-up (mano a mano) a varios jugadores profesionales de póker en su modalidad más popular, la de Texas Hold’em.

Libratus fue creado en la Carnegie Mellon University de Pittsburgh por el profesor de Ciencias Informáticas Tuomas Sandholm y el estudiante Noam Brown. A diferencia de otros algoritmos que le precedieron (por ejemplo, Claudico), a los que se alimentaba de una cantidad ingente de información recabada a través de miles de partidas, sus creadores tan solo le proporcionaron la más básica, las reglas del juego. Esto significa que la máquina debía de aprender a jugar desde cero, lo que le dio la oportunidad de desarrollar estrategias distintas a las de los humanos.

El póker era uno de los mayores retos de la IA. No hay que perder de vista que se trata de un juego de información incompleta en el que, pese a tener un importante componente matemático, el lenguaje corporal es uno de los factores que juegan un papel determinante cuando se trata de desarrollar una estrategia.

Tal y como en su día afirmara su creador, una computadora nunca podría ganar en el póker a un humano si no miente. Los faroles son numerosos durante una partida y si no eres capaz de descubrir un porcentaje razonable de los de tu rival y farolear con eficacia, las probabilidades de éxito serán escasas. Y justamente ése ha sido el punto fuerte de Libratus.

Tras tres semanas de enfrentamientos con los humanos y 120.000 manos disputadas, la IA de la Carnegie Mellon se imponía de forma apabullante a sus expertos rivales. Tan solo durante los primeros días fue acumulando ganancias y pérdidas en cantidades similares, a partir de ahí fue aprendiendo del juego de sus oponentes para lograr despegar en el reto.

Finalmente, Libratus demostraba su increíble potencial derrotando a cuatro jugadores que, pese a no ser los más mediáticos, se encuentran en el top 10 mundial de los mejores profesionales de Texas Hold’em en esta modalidad heads-up. Aun así, a muchos les encantaría ver qué estrategia desarrollaría el bot en una mesa con seis u ocho rivales del nivel de Ramón Colillas, reciente campeón en Bahamas del PSPC de PokerStars.

El caso es que tras su éxito frente los expertos del póker, uno de sus creadores Tuomas Sandholm decidía fundar una startup llamada Strategy Robot con el objetivo de adaptar la tecnología de juego desarrollada con Libratus para fines gubernamentales. Esto es, aplicar las conclusiones alcanzadas con su algoritmo en las simulaciones que se llevan a cabo para desplegar una estrategia y planificación militar. Si habitualmente los ejercicios de juego de guerra se realizan probando un determinado número de estrategias ante enemigos imaginarios que se ejecutan desde una computadora, esto abre el campo de posibilidades porque asume que el enemigo real puede no jugar de acuerdo a tus suposiciones.

Si hay algo en lo que todos están de acuerdo es que el reto llevado a cabo por Libratus puede aportar importantes avances en este campo. Los jugadores profesionales que se enfrentaron en su día a la IA están de acuerdo en que el bot cambiaba de modo desconcertante su estrategia, pasando continuamente de tácticas dóciles a híper-agresivas. Esto le hacía imprevisible y le procuraba incrementar continuamente su número de victorias parciales.

Quién sabe si todo esto pueda tener alguna relación sobre el hecho de que hace pocas fechas Estados Unidos demandase mayor presupuesto para defensa.

En cualquier caso, parece ser que el Pentágono ha tomado nota de la trascendencia que puede tener la teoría de los juegos enriquecida por la IA, por lo que su agencia de investigación DARPA ya ha puesto en marcha un programa que estudia la aplicación de esta tecnología a la toma de decisiones militares.