Oltra escurre el bulto
Esta vez no quiero escribirles sobre el partido en Pamplona, no quiero decirles nada de nada, lo visto en el estadio de El Sadar en la tarde de ayer, no merece el más mínimo comentario.
El CD Tenerife, nos volvió a ofrecer la visión de un equipo que quiere pero no puede.
Ningún jugador a destacar, salvo el empeño de Milla y la profesionalidad de Dani Hernández que de nuevo evitó una goleada histórica.
Nada que objetar al triunfo del Osasuna, doloroso el gol de Juan Villar ex blanquiazul, jugaron a su antojo, cómodamente y atacando desde el principio hasta el minuto 90.
Lo triste del asunto es que el equipo tinerfeño parece estar gafado, si llegamos claramente 4 veces a la portería contraria, las cuatro fueron si mayores consecuencias que el uy!! uy!! de ahí no pasamos.
El narrador de Radio Marca se afanaba en dar énfasis a sus palabras, parecía desear gritar su clásico GOOOOOOOOOL!! pero nada, de nada de nada. Para los periodistas deportivos que siguen al CD Tenerife se les empieza a olvidar narrar el gol del representativo.
Lo dramático es pensar que la historia se puede repetir, estamos en la misma situación clasificatoria que en la temporada del descenso, aquel fanático día 16 de mayo de 2011, que aun ganando al Valladolid 3-2 bajamos matemáticamente al infierno del pozo de la 2ª B de la liga de fútbol española.
También en aquella temporada, en la jornada 14 estábamos con 13 puntos y en situación de descenso. La diferencia del 2011 al 2018, estriba en que esta vez la afición está mucho más cansada de promesas, hastiada de la gestión deportiva del Consejo de Administración del CD Tenerife S.A.D., y pide a gritos un cambio en la directiva del Club.
El que crea que por el simple hecho de ser una empresa, una Sociedad Anónima, no se puede echar a la puta calle a sus gestores, se equivoca porque cualquier empresa depende de su clientela, la clientela en el fútbol se llama aficionados y si está afición deja de ser “clientes” del estadio Heliodoro Rodríguez López, si cansado de pedir la dimisión de Miguel Concepción y su mediocre y pésimo equipo de gestión, la afición decide mandar al garete y dejar de apoyar al equipo, les puedo asegurar que Miguel Concepción y su séquito de palmeros duran menos en la sede de las oficinas del club que un pastel de López Echeto en la puerta del colegio Hispano Ingles, de la capital tinerfeña.
Por otro lado, la protesta ciudadana, en plena campaña de las elecciones municipales y autonómicas, no pasará desapercibida por los políticos de Coalición Canaria, que esta vez se juegan el ser o no ser en los próximos 4 años.
Mientras tanto José Luis Oltra, esconde la cabeza debajo del ala y espera comer el turrón en la isla, total para lo que nos queda por ver y lo que estamos viendo…
Solo esperamos que la virgen de Candelaria haga un milagro de los de ella, y nos salve de las miserias del infierno, amén.
Joaquín Hernández, periodista
