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Hasta ahora se consideraba que las alteraciones del sueño eran un síntoma de enfermedad degenerativa, como puede ser el alzhéimer o el párkinson. Sin embargo, un reciente estudio(1) ha señalado que tal vez la apnea (parada respiratoria transitoria), una de las alteraciones del sueño más comunes, pueda no ser una consecuencia de esas enfermedades neurodegenerativas, sino un factor de riesgo que aumenta las probabilidades de padecerlas.
Y es que los investigadores afirman que debido a la apnea se genera una mayor cantidad de depósitos amiloides en el cerebro. Y una excesiva acumulación de esta proteína, según algunas investigaciones sobre el alzhéimer, estaría relacionado con el desarrollo de esta enfermedad.
A raíz de esta conclusión, los investigadores señalan que llevar a cabo los mismos tratamientos que los empleados para la apnea durante una fase temprana de la enfermedad de Alzheimer podría ayudar a mitigar el desarrollo de la misma. Estos tratamientos varían según el tipo de apnea que se tenga (obstructiva o central) y van desde el control del peso en el caso de las personas obesas, a usar el CEPAP, un respirador automático que el paciente se pone al acostarse y que insufla aire cuando el equipo detecta la apnea.
Fuentes:
1. Ram A. Sharma, Andrew W. Varga, Omonigho M. Bubu, Elizabeth Pirraglia et al: “Obstructive Sleep Apnea Severity Affects Amyloid Burden in Cognitively Normal Elderly. A Longitudinal Study”. American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine. 2017.