LIBREDIARIO@DIGITAL / FUENTE: SANTA CRUZ @ DIARIO
David Navas lleva poco más de dos años con la frutería Directamente de la huerta, en la calle Fernández Navarro 13, de Santa Cruz, muy cerca del Mercado Nuestra Señora de África, en la que hace honor a su nombre al vender frutas y verduras producidas en la isla. Cada día atiende a personas con pocos recursos a los que la Plataforma por la Dignidad entrega un bono de 20 euros para que lo cambien por frutas y verduras.
David fue colaborador de la Plataforma por la Dignidad en algunos proyectos sociales hace ya unos siete años y, cuando Eloy Cuadra (el responsable de esa plataforma ciudadana) se enteró de que había montado la frutería, le ofreció colaborar con él, “y acordamos que los bonos de fruta y verduras que estaban dando en otras fruterías los canalizaran a través de la nuestra”, dice.
El procedimiento es sencillo. “Gente solidaria aporta donaciones a la Plataforma por la Dignidad, que luego se transforma en bonos por un importe de 20 euros”, explica David. Los beneficiados vienen con el bono a la tienda y, además de los 20 euros, se les hace un descuento del 10 por ciento en los productos que se llevan. Las únicas limitaciones que tienen es que han de ceñirse a productos de primera necesidad, “desde calabaza para hacer potajes, a fruta o verduras, pero no incluye los productos más caros o exquisitos ya que los 20 euros se irían en cuatro cosas”.
Directamente desde la huerta regala además otro bono a la Plataforma por cada cinco que atienden. Aunque no pregunta sobre la situación personal de quienes vienen con el bono, pero sí detecta que “la crisis se ha llevado por delante a la clase baja, la clase media e incluso a la clase alta”.
Su apuesta por la agricultura local lo lleva a ”aguantar el tipo”, a pesar de que haya casos en los que los precios, por ejemplo de los tomates, puedan estar al doble de precio que el de fuera. Lo hacen además sin intermediarios, y en ocasiones financian los productos para que se puedan sembrar.
Para David, el ayudar a los demás no le hace sentirse nada especial sino que lo hace por la educación recibida y por sus vivencias. La experiencia que tuvo en la concejalía de Asuntos Sociales de un ayuntamiento de la isla le hizo ser testigo de situaciones dramáticas. Es lo que le impulsa a preocuparse del prójimo. “Mucha gente puede entender eso como solidaridad y yo lo entiendo como una forma de vivir la vida y como tendría que ser la economía en todo el mundo”.