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Ordenar ahora una decisión en el seno del PSOE es muy complicado. Los socialistas catalanes del PSC, que rechazan por completo abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy, han forzado a Javier Fernández, el presidente de la gestora, a diseñar una posible abstención parcial, al menos para tener diferentes alternativas.
Con la decisión del rey de convocar a todos los dirigentes políticos a otra ronda de contactos para el 24 y 25, y con la vista puesta en esa última semana –en la fecha límite antes de convocar unas terceras elecciones-- para la investidura de Rajoy,Javier Fernández debe encontrar una fórmula para que el PSOE pueda salir lo mejor posible, sin más heridas, ni la percepción de que está roto en dos mitades. Y, después de comprobar que el PSC no variará su decisión, Fernández no quiere que otros diputados se apunten al 'no', en una especie de barra libre en el grupo parlamentario.
La alternativa que ha comenzado a diseñar es una abstención parcial, es decir, que sean 11 diputados –los necesarios para que Rajoy tenga más síes que noes en la segunda votación en el debate de investidura-- los que se abstengan. Aunque Fernández dedicará todos sus esfuerzos a buscar una posición mayoritaria a favor de la abstención.
Como un solo hombre
La decisión no se ha tomado. Será un comité federal quien tenga la última palabra, que se podría convocar el domingo 30 de octubre. Fernández espera que en los próximos días los dirigentes socialistas se vayan decantando por la abstención, y esa posición sea la mayoritaria en el principal órgano de gobierno. Pero sin forzar las cosas. La idea de las 11 abstenciones también ha concitado rechazo, al entender que el PSOE debería ahora actuar como un solo hombre. Pero ese ideal es en estos momentos imposible. Dudan de ello barones como Emilio García Page, o Ximo Puig. Y los que defienden la abstención, como Susana Díaz, siguen sin verbalizarlo de forma clara.
El 'no' del PSC está siendo determinante en los pasos que sigue Javier Fernández. No es algo menor. Cataluña representa el tercer territorio en importancia para el PSOE. Se trata de un partido distinto, federado al PSOE, pero con una carga simbólica mayúscula. Una posible ruptura ahora del PSC con el PSOE podría cambiar el tablero político en pocos años. Y ninguna de las dos partes lo quiere. Aunque en Cataluña ha surgido un movimiento favorable a que se recupere la federación catalana del PSOE, que impulsa el ex dirigente del PSC Julio Villacorta, y que pide que el PSOE les reconozca, su peso es muy pequeño. Y la gestora y los dirigentes del PSOE tampoco quieren forzar la situación.
Miquel Iceta aseguró este martes que sería terrible que se produjera una ruptura entre el PSC y el PSOE "por el hecho de votar o no a un candidato conservador".