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En ocasiones la pasión por el motociclismo nos hace olvidar lo peligroso que puede ser, incluso en las situaciones que en las que no hay riesgo. Por desgracia, la mala fortuna se ha cobrado la vida de un pequeño de Dosolo de tan sólo seis años, Marco Scaravelli, cuando entrenaba junto a su padre para una carrera de minimotos en el Racing Park de Viadana (Mantua).
Los sueños de ser un gran piloto como tantos otros compatriotas transalpinos suyos se han visto truncados el pasado día 10 de julio. Ni siquiera estaba corriendo, habían acabado ya los entrenamientos libres cuando, mientras volvía al paddock empujado por su padre, arrancaron involuntariamente el motor de su minimoto.
La mala suerte se interpuso en esta ambición cuando el pasado sábado perdió el control de su minimoto e impactó contra una pared del circuito de la población italiana de Dosolo. La dureza del choque le causó la muerte al pequeño por traumatismo cranoencefálico, pese a estar protegido con el mono de seguridad y el casco.
Estas motocicletas pueden llegar a alcanzar velocidades de hasta 60 kilómetros por hora.
Pese al dolor por el que están pasando en estos momentos, los padres de Marco han querido convertir esta desgracia en una noticia de esperanza para otros pequeños. Por ello, han donado los órganos de su hijo.
Por el momento, los riñones, el hígado, el corazón y los pulmones de Marco ya han encontrado un receptor.
Su padre publicaba con orgullo en Facebook el siguiente mensaje: "Marco siempre ha sido un niñofeliz, alegre y generoso, dispuesto a compartir un trozo de chocolate con mamá y papá, un juego con un amigo. [...] Hoy, Marco ha decidido donar sus dos riñones, el hígado, los pulmones y el corazón. Hoy, gracias a Marco cinco familias tendrán una oportunidad para la esperanza. Hoy, gracias a Marco cinco niños pueden comenzar una nueva vida".