EL PAÍS
MARTES, 19 DE JULIO DE 2016
El FMI rebaja la previsión de crecimiento de España y alerta sobre el 'Brexit'
El Fondo Monetario Internacional ha recortado la previsión de crecimiento de España al 2,1% para 2017, frente al 2,3% que preveía en abril, el 2,3% que baraja el consenso de Funcas y el 2,4% que apunta el Gobierno en sus previsiones macroeconómicas para ese mismo año. Esta estimación supone una significativa rebaja sobre el entorno del 3% de crecimiento que espera el Gobierno a cierre de 2016 y entraña una ralentización que puede entorpecer la senda de consolidación fiscal comprometida con Bruselas.
En la actualización de sus Perspectivas Económicas Mundiales, el Fondo comenta que se estaba detectando una cierta mejora de la economía global a comienzos de 2016. Sin embargo, el Brexit ha dado un vuelco a todo el panorama. "Ha metido un palo en la rueda de la recuperación", afirma Maury Obstfeld, director del departamento de investigación del Fondo Monetario.
"Nuestras perspectivas globales de abril eran un crecimiento del 3,2% en 2016 y del 3,5% en 2017. Pero para la actualización de hoy hemos reducido ambas proyecciones en una décima al 3,1% y el 3,4%, respectivamente", sostiene Obstfeld.
En opinión del Fondo, esta revisión se antoja bastante "moderada". Y eso se debe a que los economistas del FMI están valorando el impacto del Brexit de una forma "relativamente benigna", en parte por la actuación de unos bancos centrales que han conseguido paliar la reacción de los mercados.
Empeora el pronóstico para el Reino Unido
Pero incluso si se toma un escenario benigno, el FMI vaticina que Reino Unido perderá dos décimas de crecimiento este año y casi un punto el año que viene sobre sus previsiones anteriores. Es más, alerta de una ralentización en las economías avanzadas y, en especial, de Europa. Para Alemania, disminuye en cuatro décimas su estimación de crecimiento. Como ya hemos mencionado, a la economía española le resta dos décimas respecto a la proyección anterior. Y Francia e Italia se dejan una décima cada una. En su conjunto, la zona euro crecerá dos décimas menos que lo que vaticinaba el FMI hace tan sólo tres meses.
Y todo ello ocurre por la incertidumbre generada por el Brexit. De no haber sido por el resultado del referéndum británico, las proyecciones de la zona euro habrían sido revisadas ligeramente al alza, reconoce la institución sita en Washington. Mientras que las perspectivas se mantienen estables en los emergentes, Latinoamérica y EE UU, el horizonte pinta algo peor para Europa: "La incertidumbre lastrará la confianza y la inversión, con repercusiones generalizadas en las condiciones financieras y el sentimiento de mercado", subraya.
No obstante, a decir del Fondo, que los efectos del Brexit sean suaves dependerá de dos factores: uno, que se establezcan o no barreras económicas en las negociaciones entre Londres y Bruselas. Y dos, que los mercados no sepan valorar las consecuencias de estas negociaciones y acaben desencadenando nuevos vaivenes. "Es importante resaltar que los impactos reales del Brexit se materializarán gradualmente en el tiempo, añadiendo elementos de incertidumbre política y económica que sólo podrán ser resueltos después de unos meses de negociaciones. A su vez, esa extra dosis de incertidumbre podría terminar abriendo la puerta a una respuesta amplificada de los mercados financieros", señala el Fondo.
Riesgos crecientes
De ahí que el organismo dirigido por Christine Lagarde insista en la responsabilidad de las autoridades para negociar rápido, lograr una salida pactada y evitar trifulcas: "De cara al futuro, los políticos de Reino Unido y de la UE desempeñan un papel clave a la hora de reducir la incertidumbre".
Y el Brexit se suma a una larga serie de riesgos que el Fondo dibuja en el horizonte. En Europa, los hombres de negro hacen mucho hincapié en los problemas heredados de la crisis. Por un lado, el riesgo de que se enquiste el paro de larga duración. Y por otro, los créditos morosos que todavía se albergan en los balances de los bancos y que podrían provocar renovadas tensiones financieras, sobre todo en Italia y Portugal.
Por no hablar de las dificultades que existen en Europa para ponerse de acuerdo sobre cualquier política de fondo: "Las divisiones políticas entre los países avanzados pueden entorpecer los esfuerzos para atajar los retos estructurales de la economía y los problemas con los refugiados", concluye el FMI.
El organismo también advierte del riesgo de una deriva hacia políticas proteccionistas, de la excesiva dependencia del crédito en China, de la necesidad de ajustes fiscales en los países productores de materias primas o de las consecuencias económicas del terrorismo.