Vecinos de Tomé Cano en Santa Cruz se quejan por el ruido ilegal de la obra del nuevo gimnasio privado

SANTA CRUZ DE TENERIFE/  Vecinos de Tomé Cano, en la capital tinerfeña, se quejan del insesante ruido que provocan las obras del nuevo complejo deportivo que construye una empresa privada en suelo público en el espacio del antiguo Pabellón Paco Álvarez y las pistas de tenis. Son muchas las quejas que el ayuntamiento de Santa Cruz ha recibido por parte de los habitantes de esta zona sin que hasta la fecha haya habido respuesta alguna por parte del consistorio.

Así lo apunta la Plataforma SOS Barrios Canarios. Los vecinos se quejan especialmente de que la empresa no respeta el horario obligatorio para realizar trabajos con alto impacto sonoro, como es una obra de este calibre. Incluso ha habido días, aseguran, que la obra se ha extendido pasadas las 22.00h, cuando por ley están obligados a que los trabajos se extiendan exclusivamente entre las 8.00am y las 16.00h. Las molestias por el ruido y el polvo que esta obra generan son constantes, y asumidas por parte del vecindario, pero afirman que no aceptan el incumplimento de la legalidad vigente en cuanto a horarios y descansos.

Loly es vecina de la zona y asegura que "es imposible muchas veces conciliar el sueño", también afirma que sus hijos "nos e pueden concentrar para hacer la tarea del colegio porque los ruidos por la maquinaria son insoportables". Julio también es vecino de la Calle Eduardo Zamacois, lindante con la obra, y se queja de los "continuos dolores de cabeza que el 'run run' constante de la obra le provocan"

Incluso aseguran que han detectado irregularidades en las jornadas de trabajo de los obreros, por lo que han pedido a Inspección de Trabajo que se presente en la obra para controlar este aspecto aunque hasta el momento no se haya producido  la visita al lugar.

Ceb recordar que en la zona ya existía un espacio deportivo con pabellón cubiero, pistas de tenias, polideportivos, canchas de squash y una piscina que había sido completamente renovada recientemente. Toda esta infraestructura se ha demolido ahora para ceder una parcela de propiedad pública a una empresa privada para que construya un gimnasio a su medida y cobre a los vecinos precios muy por encima de los que cobraba el ayuntamiento y se lucre en un espacio municipal.