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El ‘trilema’ del PSOE

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MARRERO


Los resultados electorales del pasado 28 de abril evidencian que en todo el Estado y, de manera especial en Canarias, la población que ha acudido a votar con altos índices de participación ha optado por partidos que ofrecían programas electorales con políticas de progreso. Y así, en Canarias, los dos partidos que más apoyos han recibido son el PSOE y Unidas Podemos, conformando una mayoría de progreso que puede anticipar el necesario cambio de ciclo que se vaya a dar en las islas el próximo 26 de mayo.


Conservar los resultados anteriores de tres diputadas, como Vicky Rosell, Alberto Rodríguez y Meri Pita, a la par que contener el avance de la ultraderecha en las islas es todo un éxito de Unidas Podemos, apoyada por la ciudadanía de las islas. Y eso a pesar de la tendencia al voto útil al caballo ganador del PSOE, pronosticado por todas las encuestas.


Las derechas divididas se repartieron en Canarias los restos del naufragio del PP. Y así se beneficiaron los de Rivera, los de Abascal, y también los de Clavijo y Oramas. Estos últimos, que estaban muy nerviosos y con la maquinaria al límite en toda la campaña, obtuvieron el premio de dos diputadas, -eso sí, sólo en la provincia de Santa Cruz de Tenerife-, aunque pincharon en los candidatos al Senado de todas las islas, quedando fuera de la cámara de representación territorial.


Por tanto, el argumento de que son “la voz de Canarias” y el intento de patrimonializar al conjunto de la población y el territorio de las islas, es una vana pretensión. CC es la quinta fuerza del Archipiélago en apoyos electorales. Ahí los ha colocado el electorado.


A este respecto, resalto la queja amarga en una tertulia radiofónica en la que yo participaba, emitida por la representante de NC el pasado lunes, afeándole a CC el incumplimiento del acuerdo previo de repartirse el territorio, renunciando NC a presentarse en la provincia occidental a cambio de que CC hiciera lo mismo en las islas orientales para no “arañarse votos entre sí”. Compromiso que CC no cumplió en Las Palmas y trajo consigo que el diputado del 75%, el señor Quevedo, perdiera su escaño.


El paisaje después de la batalla electoral trae una situación muy cómoda para un PSOE ambidextro, que puede elegir entre tres opciones posibles: la primera, formar una mayoría de progreso con un Gobierno con Unidas Podemos, como así le pedían los militantes socialistas en la noche electoral en Ferraz y los líderes sindicales en todas las manifestaciones del primero de mayo.


La segunda, y nada descartable opción, vistos los cambios de “veleta desnortada” de los de Rivera en anteriores ocasiones, es conformar un Gobierno con una parte de la poco moderada derecha de este país, representada por C’s. Y la tercera opción, que es la única de la que el partido socialista quiere hablar antes de las elecciones autonómicas, municipales y europeas del próximo 26 de mayo, es la de un Gobierno en solitario, un Gobierno ambidextro que tendría las manos libres para pactar algunas políticas sociales con Unidas Podemos, y todas las políticas económicas con las derechas.


Los diputados y diputadas electos, y el conjunto de la población que los votó, hemos asistido, con asombro, desde el pasado lunes a las declaraciones de los que no se presentan a las elecciones, pero que son los que gobiernan en este país, la representación de la patronal CEOE, el Banco Santander, el conjunto de empresas del IBEX 35, los poderes económicos de la UE y hasta la diputada Oramas, todos ellos han salido en tromba diciéndole a Pedro Sanchez que con Unidas Podemos nada de nada, que su opción preferida es un Gobierno con la derecha de C’s.


Y, en el peor de los casos, estarían dispuestos a admitir un Gobierno en solitario del PSOE, que ya ellos le aseguran que sus representantes afectos lo sustentarían y no lo pondrían en aprietos.


Es evidente que las pocas medidas de progreso adoptadas por el PSOE en los diez últimos meses en que Pedro Sánchez gobernó gracias a la moción de censura que desalojó al corrupto PP, fueron por el acuerdo con Unidas Podemos y la consecuencia de las movilizaciones de las mujeres y de los pensionistas.


Todos hemos contribuido a hacer mirar hacia la izquierda al PSOE, que ahora se encuentra en la cómoda situación de poder aparentar políticas sociales, creyendo que así va a contentar a Unidas Podemos y al electorado que lo aupó a la mayoría, y a su vez no enfrentarse a los poderes que gobiernan en este país sin presentarse a las elecciones.


El electorado le exige al PSOE que abandone esa calculada ambigüedad antes del próximo día 26 de mayo y nos diga qué bando elige, las políticas de progreso, sociales y económicas, el impulso al Estado del Bienestar, el freno a las privatizaciones de lo público, la derogación de las reformas laborales, asegurar el futuro digno de las pensiones, el que paguen más los que más tienen, o, por el contrario, si se va a colocar al servicio de los intocables poderes económicos.


La ciudadanía canaria tiene derecho a saber cuanto antes, con claridad, las intenciones del PSOE, porque el próximo 26 de mayo tenemos la posibilidad de un cambio de ciclo en las islas, y Sí Podemos Canarias es la única garantía de que se apliquen políticas de progreso y no haya deudas contraídas con los poderes económicos.



Manuel Marrero Morales

Candidato de Sí Podemos Canarias al Parlamento por Tenerife

Libre@Diario