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Las marchas del 1 de mayo podrían acabar con Guaidó

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AGENCIAS/ CARACAS/ Convocada por el autoproclamado presidente Juan Guaidó como la madre de todas las marchas, la concentración del 1ro de mayo podría en un solo tiro de dados quebrar o terminar de cimentar el movimiento que él encabeza, dijeron analistas al resaltar el elevado capital político que está en juego.


Es una fecha que también podría registrar un recrudecimiento de la agitación política en el país; algunos expertos advierten sobre los riesgos de una nueva ola de violencia y otros señalan que Nicolás Maduro podría responder al desafío arrestando finalmente a Guaidó.


“La marcha del primero de mayo es un proyecto de Guaidó. Fue una decisión tomada por él”, dijo desde Washington Antonio De La Cruz, director ejecutivo de la firma de asesores Inter American Trends. “Está colocándolo todo sobre la mesa, como si fuese un juego de poker, todas las fichas en una sola jugada”.


La idea es que millones de venezolanos se concentren en Caracas para exigir el fin del régimen socialista, en lo que vendría ser el desenlace de la Operación Libertad iniciada semanas atrás por Guaidó.


Pero la Operación Libertad —que ha consistido en una seguidilla de manifestaciones y Cabildos Abiertos para incentivar a la gente a participar— ha coincidido con el empeoramiento del colapso económico del país y la aparición de dudas sobre si Maduro puede ser obligado a salir del poder a través de marchas.


Y algunos temen que de producirse un nuevo fracaso en los actuales intentos por salir de Maduro podría llevar nuevamente a algunos sectores de la oposición a comenzar a promover nuevamente el cuestionado planteamiento de negociar con el régimen nuevas elecciones para salir de la crisis.


Esta es la segunda vez que Guaidó coloca su capital político en juego desde que juró como presidente interino en enero para ocupar el vacío constitucional creado cuando la Asamblea Nacional declaró que Maduro usurpaba el poder.


La primera vez, el 23 de febrero, la jugada no le fue bien. Prometió que millones de dólares en urgentemente necesitada ayuda humanitaria entrarían al país, pero Maduro la bloqueó con violencia en las fronteras de Venezuela con Colombia y Brasil, haciendo uso de grupos paramilitares armados.


Guaidó es reconocido como el legítimo jefe de Estado de Venezuela por más de 50 países, entre ellos Estados Unidos, Canadá y la mayoría de las democracias latinoamericanas.


En esta segunda ocasión, Guaidó ha sido un poco más cauto en sus declaraciones, cuidando en algo las palabras, evitando afirmar directamente que Maduro saldrá del poder el 1ro de mayo.


Pero las expectativas del evento ya son muy elevadas, particularmente cuando porque el propio Guaidó ha dicho que es “la mayor marcha en la historia de Venezuela” convocada “para exigir el final definitivo de la usurpación” y es el producto de semanas de organización para tratar de asegurar una manifestación masiva.


“Este 1ero de mayo inicia la fase definitiva de la #OperaciónLibertad por el cese de la usurpación, la liberación y recuperación de nuestro país. Es un llamado a movilizarnos de forma sostenida, fuerte y decidida. El momento, es ahora!”, declaró en una de las varias convocatorias distribuidas el lunes a través de las redes sociales.


Diego Moya-Ocampos, analista para América Latina de IHS Markit, dijo desde Londres, que uno de los factores más importantes que el mundo verá el primero de mayo es sí Guaidó cuenta realmente con la capacidad de convocar a millones de venezolanos a salir a las calles.


Y de la misma manera, el mundo también podría llegar a ver si el aparato de represión de Maduro es suficientemente poderoso para aplastar a las masas que salgan a las calles a desafiar la autoridad de Maduro, agregó.


“Es evidente que Maduro ha perdido el apoyo de la población, pero sigue controlando el aparato de seguridad y el aparato policial. Ahora, si la protesta escala, más allá de la capacidad de ese aparato represivo para contenerla, entonces se crearían las condiciones para una ruptura dentro del aparato de seguridad”, aseveró Moya-Ocampos.


Pero los manifestantes no solo deben lidiar con los agentes de la Guardia Nacional, sino con las bandas de paramilitares armados al servicio del régimen, conocidos en Venezuela como colectivos, que se han mostrado dispuestos a usar un grado de violencia mucho mayor que los militares.


En la operación para detener la ayuda humanitaria en febrero, buena parte de la violencia que dejó al menos cuatro muertos y cientos de heridos se atribuyó a heridas de balas disparadas por las bandas paramilitares.


Esa magnitud de violencia podría repetirse esta semana.


La firma caraqueña de asesores políticos ORC Consultores emitió el lunes un informe en que advirtió a sus clientes de un aumento en el peligro de agitación política.


“Elevamos el nivel de alerta a máxima precaución por conmoción civil y/o militar (...) se sugiere la activación respectiva de protocolos para estas situaciones, [ante] el incremento de protestas pacíficas o violentas, saqueos, cierres de vías, cortes de comunicaciones [y] se sugiere evitar el traslado en carreteras durante estos días”, dijo el informe.


De La Cruz agregó que otros de los peligros que enfrenta la sociedad venezolana es que Maduro termine por decidir el arresto de Guaidó, acción que Washington ha advertido que no toleraría.


“Esto podría provocar la decisión del régimen de meterlo preso. Y ese es otro de los riesgos que él enfrenta. Ese es un desenlace que no puede ser descartado”, dijo De La Cruz.



Fuente: elnuevoherald.com

Libre@Diario