Sí se puede lamenta el incumplimiento del acuerdo plenario sobre presupuestos participativos
SANTA CRUZ DE TENERIFE
Sí se puede lamenta el incumplimiento del acuerdo plenario sobre presupuestos participativos por parte del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Asun Frías, concejala del grupo municipal ecosocialista, destaca que la corporación está obligada a cumplir “un acuerdo unánime del pleno de febrero de 2012 por el que se acordó implantar este mecanismo de forma progresiva y, en casi siete años, los pasos dados han sido tímidos y puntuales”. Por este motivo, pide la comparecencia del concejal de Hacienda, Juan José Martínez Díaz, en la Comisión de Control del jueves 10 de enero.
Frías pide a Martínez que informe sobre la aplicación de los presupuestos participativos en Santa Cruz y haga un balance del proceso. A juicio de Sí se puede, “no han sido suficientes los pasos dados para abrir los presupuestos a la participación ciudadana, para la que solo se han abierto algunas partidas, pero todavía estamos muy lejos de lograr el objetivo que nos propusimos cuando se aprobó la moción”, asegura.
La concejala destaca que la decisión adoptada por el pleno fue un acuerdo transaccional unánime al que se llegó a raíz de una moción presentada por Sí se puede. Se acordó entonces poner en marcha un proceso de elaboración de presupuestos participativos por parte de la ciudadanía santacrucera, de forma que la Comisión del pleno de Hacienda, Recursos Humanos y Servicios de Soporte tendría que profundizar en el itinerario para su implantación progresiva y elaborar la forma de desarrollar la formación teórico-práctica sobre el asunto.
Así, insiste Frías, “el proceso debió iniciarse desde entonces, pero en el mandato pasado solamente se desarrolló alguna acción formativa y no se ejecutó ninguna otra”. En enero de 2016, ante una pregunta de Sí se puede, el concejal de Hacienda aseguró que la participación ciudadana se había empezado a articular desde los distritos municipales, de cara a la elaboración del presupuesto de 2017. La realidad es que tanto en el presupuesto de 2017 como en el de 2018 la participación ciudadana ha sido muy limitada.
La organización ecosocialista considera que el proceso de implantación de la metodología necesaria para este mecanismo de construcción colectiva debe ser progresivo, hasta que, después de un largo proceso, que en otros lugares ha sido aproximadamente de una década, se llegue a implicar al 100% de los presupuestos y a la inmensa mayoría de la población. El presupuesto participativo es una herramienta de democracia directa que permite a la ciudadanía incidir o tomar decisiones relativas al uso de los fondos que hacen las instituciones cada año.
La experiencia ha sido introducida en muchas ciudades y pueblos de todos los continentes, desde grandes municipios –como el brasileño Porto Alegre, pionero del método–a otros muy pequeños. En el ámbito estatal, han hecho suya esta forma avanzada y democrática de gestión del dinero público, en mayor o menor medida, Córdoba, Sevilla, Cabezas de San Juan, Leganés, San Sebastián, Rubí o Santa Cristina d'Aro y, en Tenerife, comenzó a experimentarse en Granadilla de Abona y Buenavista del Norte, cuando gobernaba Sí se puede.
