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Egoístas, malcriados y desagradecidos…

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Libre




Jovenes


Egoístas, malcriados y desagradecidos…


Este relato ya fue publicado el pasado Marzo en Facebook en formato reducido. Por ser un tema de interés y que es preocupante, merece que lo volvamos a publicar abundando en detalles. Vamos allá...


Desde que tengo uso de razón siempre escuché en mi casa: Mis hijos, tienen que estudiar. La formación que adquieran les hará el camino más fácil para afrontar el futuro. Esa era “La Filosofía” de unos padres preocupados por el futuro de sus hijos.

La “Formación y los conocimientos”, serán fundamentales para el desarrollo personal y profesional. Es verdad que si van acompañados de ciertos “Valores”, el éxito lo tienen casi asegurado. Orgulloso de tan sabios consejos.


Ese camino de preparación no estará exento de dificultades, no será fácil, dependerá exclusivamente, del sacrificio que estén dispuestos hacer.


Nos decían que fuéramos conscientes de la cruda realidad y nos advertían: Recuerden que las cosas tienen su valor y nadie les va a regalar nada. Otra de sus frases era: No se pueden imaginar la inmensa satisfacción que les producirá alcanzar los objetivos propuestos.


¡Cómo han cambiado las cosas! Las necesidades que habían en las familias de entonces, hacían que los hijos mayores tuviéramos que extremar el cuidado con los libros de texto para que el resto de hermanos se los encontraran en óptimas condiciones y poder seguir estudiando, era un material que tenía que durar años. Esa preocupación fue una constantes en todos nuestros hogares. Sin embargo hoy y con muchos más medios que en aquellos tiempos, algunos no valoran lo que tienen a su alcance.


Hay determinadas actitudes que no termino de comprender. Veo en algunos jóvenes (Ejem, ejem, hembras y varones, por aquello de “miembras y miembros”), que habiendo tenido todo para haber sido lo que hubieran querido ser, algunos hayan optado por no hacer nada. Eso sí, les oiremos lamentarse diciendo que la culpa es del “Sistema y de sus padres”, porque han sido unos incomprendidos. ¿Qué hemos hecho mal, en qué hemos fallado?


No hace mucho tuve ocasión de asistir a una charla-coloquio dirigida a los jóvenes y en la sala eran minoría. Los que había, se les veía desmotivados y sin mostrar interés por nada. Era como si estuvieran cabreados con el resto de la sociedad.


Se declaraban abiertamente “anti-sistemas” y estaban en contra de toda “Norma”. Es decir, lo que había no les gustaba y sus pretensiones era reclamar con luchas callejeras lo que creían un mundo mejor, “SU Mundo”.


En coloquio hubo momentos de tensión. Algunos de los jóvenes nos trataron con desprecio y no dejaban que te expresaras libremente. Si no le gustaba lo que decías, trataban de interrumpir constantemente y de muy malas formas (Demócratas del S. XXI).


Cuando el moderador trató de hacerles ver sus malos modales, amenazaron con levantarse y abandonar la sala. No entendían que debían cumplir unas normas básicas de respeto.


Cuando tocó hablar de “Las Normas de obligado cumplimiento” que la propia sociedad se había impuesto, fue como si hubiéramos destapado la caja de los truenos. Hasta ahí podíamos llegar, ellos nunca aceptarían unas “Leyes y Normas” en las cuales no habían participado. ¡Increíble!


El colmo fue cuando uno de ellos de forma muy grosera se dirigió a los presentes, acusándonos de fachas y dictadores acomodados (Imaginen la tensión que se vivió en aquellos momentos).


Comprenderán que para la mente de un pobre mortal como la mía, la situación era inaceptable. Llegué a pensar que aquello, era un mal sueño.


Eso sí, en su defensa salieron algunos que se autoproclamaron profesionales de no sé qué… ¡si hombre!, esos que no se sabe bien que es lo que hacen, pero que viven como... Pues bien, esos profesionales afirmaban que estábamos ante un grave problema social. ¡Toma ya! ¿Y para llegar a esa conclusión hubo que pasar por la Universidad años?


¡Bueno! A partir de aquí, me lo tomé un poco a coña y permitieron que les hiciéramos algunas preguntas, entre otras:


¿Podrías decirnos de qué vives?

¿Dónde vives y con quién?

¿Estudias o trabajas?

¿A qué aspiras?

¿Tus ambiciones son llegar a la política?


¡Jejejejejeje!. Como pueden ver, buscamos preguntas rebuscadas y a la altura y nivel de los personajes en cuestión. En fin, no les cuento cuales fueron las respuestas porque no me gustaría que cogieran un trauma.


Estoy convencido que aquellos chicos han vivido sin faltarles de nada, como “niños bien”, acostumbrados a vestir “ropas de marca” y a considerarnos unos explotadores.


¡Increíble! Además, extorsionaban a sus padres exigiéndoles una asignación semanal (No desvelaron la cuantía), como castigo por haberles traído a este mundo cruel. ¡Sr, Sr.!. Extraña forma de agradecimiento a sus padres.


Reconozco y doy gracias que la gran mayoría de nuestros jóvenes, piensan de manera diferente y tienen un grado de preparación y responsabilidad muy superior al de los susodichos.


No sé Vds. pero yo, con eso de que “La Ley de…, La Ley tal..., La Ley cual… y otras Normas”, no me atrevo a expresar públicamente lo que verdaderamente opino sobre este tema y más sabiendo de cómo se las gastan algunos…


Sólo fue una mala experiencia, sean felices.






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Así lo veo y así lo expreso.

Francisco Toledo Martín.

Libre@Diario