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Carta abierta a Soledad Monzón

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Lo que no se ve no se puede comprender.


Llevo meses intentado comprender cómo funciona nuestro sistema educativo en Canarias. Somos la población con el más alto nivel de pobreza infantil y exclusión social de toda España, somos los números 1 en muchas cosas, pero ante todo en pobreza.


Matriculas al crío y presentas cada año la misma documentación, DNI, libro de familia, sentencia de divorcio (violencia de género según proceda), certificado de convivencia y empadronamiento e ingresos de la unidad familiar, certificado negativo de rentas o marcas la casilla de rentas con la X así, año tras año se repite la misma historia. A eso hay que incluir la misma documentación arriba mencionada para la ayuda de libros de texto, transporte, desayuno y comedor escolar etc...


Hasta ahí todo bien, aunque la ley no te obliga a presentar cada año la misma documentación si tú situación no ha cambiado (solo con una supuesta declaración jurada, sería más que suficiente y una X autorizando, como hacen al mirar toda mi documentación, dándole a un solo clic). Pero no, la Consejería de Educación y la Dirección Territorial de Educación no se conforma con todo este embrollo; te exigen cada año más, hasta el punto de llegar a la humillación de tener que pasearte por las diversas ONGs de Canarias mendigando un certificado de que eres realmente usuaria, pobre y excluida del sistema que supuestamente nos tendría que proteger.


Un certificado que dice que eres POBRE


Consejera de Educación, Sra. Monzón: no hace falta que cada vez que comienza un curso nos hagan sentir tan miserables buscando la manera de conseguir una comida diaria y diga para nuestros hijos. 


Es más sencillo todo si nos ayudaran, es mucho más sencillo si se lo proponen,  pero está claro que a este sistema democrático o dictatorial (según del lado que se mire) le preocupa más aún hacernos más analfabetos quitando profesores y masificando las aulas; y haciéndonos más pobres quitándonos los derechos que tenemos, manipulando a la sociedad como si de un puñado de ovejas se tratara.


La suerte que tenemos es que entre tanta oveja siempre habrá alguna negra que proteste ante tanta injusticia. Y sí, soy POBRE, como el 44'5 de la población Canaria, pero nadie, incluidos ustedes, me van a quitar la dignidad, porque la dignidad no se compra ni se vende, la dignidad es algo que llevamos todos los seres humanos dentro muy arraigado y no serán ustedes quienes nos la destruyan. Con cada palo que recibamos del sistema, lejos de terminamos de hundir, más fuerza tomamos. 


Recuerden una cosa, el futuro de ustedes no está en nuestras manos, sino en la de miles de niños canarios. Ellos son vuestro futuro y, por suerte, con cada generación son más fuertes e inteligentes, cada generación es más difícil de engañar y cada generación luchará sin mirar atrás y sin remordimiento por sus propios intereses sociales, economicos y laborales.


Así que ya les queda poco, el reloj avanza y todo apunta a que no tiene ganas de detenerse, todo apunta al final de un ciclo de maltrato a una sociedad joven y moderna que solo mira por avanzar a contracorriente sin obstáculos ni miedos, una sociedad de la que ustedes dependen y estos niñ@s de hoy cuando crezcan no les apoyarán. Bien merecido se lo tienen.



por Ana Rosa Calzado

Libre@Diario