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Sr. alcalde, con luz y taquígrafos

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SANTA CRUZ

OPINIÓN / EDITORIAL


EL BAR DE PEPE


SR. ALCALDE, CON LUZ Y TAQUIGRAFOS


Será porque estamos más quemados que la pipa del indio de Jerónimo, será porque nos han acostumbrado al choriceo institucional, el caso es que cuando un político con cargo electo hace algo fundamental para el bienestar de los ciudadanos nos cuesta trabajo creerle en el fondo y en la superficie, cuando la limosna es tan grande hasta el santo desconfiá.


Si tenemos en cuenta la historia reciente de Santa Cruz de Tenerife, capital de las Canarias occidentales, veremos que, a partir del año de gracia de 1979, primero con UCD y posteriormente con ATI y CC el presente de la ciudad capitalina ha estado en manos de alcaldes vinculados con el mismo partido político, o sea llevamos la friolera de 45 años, casi medio siglo, donde el cemento, el amiguismo y los intereses económicos de la “cosa nostra” chicharrera, han primado a los criterios de una urbe moderna y turística y al propio bienestar del pueblo.


La similitud del lobo que cuidaba del rebaño lo tenemos en el primer alcalde “independiente”, D. Manuel Hermoso, que presidiendo el consistorio desde el año 1.979 al 1.991 fue, a su vez, propietario de una empresa constructora y una oficina técnica destinada a la construcción.


Santa Cruz de Tenerife le dio la espalda al mar y el horizonte se convirtió en contenedores, grúas y cemento, mucho cemento donde especular con terrenos que los distintos “Planes de Ordenación Urbana” clasificaban al gusto de los consumidores, previo pago de “tasas y aranceles” creados al efecto.


El pequeño reino de Taifas en que se convirtió el edificio de la calle Viera y Clavijo, permitió el sueño dorado de cualquier especulador


El antecesor al actual alcalde tuvo la gran oportunidad de realizar el proyecto de convertir la ciudad en un centro turístico de primer orden, la remodelación de la playa de las Teresitas era necesaria para dar empleo y negocio a una ciudad muerta y prácticamente sin vida comercial. La historia la sabemos todos, Miguel Zerolo pudo pasar a la historia como el mejor alcalde que todos quisieran, para convertirse en un delincuente juzgado y sentenciado por prevaricación, malversación de fondos públicos, estafa, etc. etc.


Con Zerolo terminó cualquier hilo de confianza entre el pueblo, el ayuntamiento y su alcalde.


No fue una perita en dulce la que le tocó a José Manuel Bermúdez cuando resultó ganador de las elecciones del año 2.011, ni mucho menos. A las cabronadas de la Playa de las Teresitas, se unió la del Plan General de Ordenación Urbana con innumerables “deficiencias” urbanísticas que hicieron que miles de chicharreros se volcaran en contra de la aprobación de unas normativas que vulneraban los derechos de propiedad de esas personas.


No cabe la menor duda que ha sabido capear lo problemas, ha dejado tiempo al tiempo y en su segundo mandato es cuando ha empezado a actuar como en él se esperaba.


Se ha pasado de un periodo de inestabilidad presupuestaria, de desconfianza institucional, de pasotismo popular, a otro de ilusión esperanza.


El acuerdo de colaboración, firmado el pasado 26 de junio, entre José Manuel Bermúdez como alcalde y presidente del ayuntamiento santacrucero con la Compañía Española de Petróleos, CEPSA por la que la ciudad ganará 573.000 metros cuadrados de superficie sobre los terrenos que, actualmente, ocupa la Refinería, de los que el 67% quedará como suelo público y el resto como residencial terciario, de ese suelo público el 41% se reservará para zonas verdes, casi 157.000 metros cuadrados de parques y jardines.


El plan, denominado “Santa Cruz Verde, 2030” no solo es un proyecto ambicioso, ademas significa acabar con una industria que provocó muchos problemas de contaminación medio ambiental, que tuvieron incidencia en la salud de docenas de miles de vecinos alrededor de la Refinería.


En palabras de Bermúdez, el proyecto se constituye “como una oportunidad única para completar y transformar la ciudad, con la ejecución de un proyecto de regeneración urbana que sea referencia internacional, a través de la reconversión de una refinería de petróleo en el nuevo pulmón verde de la ciudad”.


El próximo año se celebran las elecciones municipales, autonómicas y de cabildos, deberemos dar un nuevo voto de confianza al alcalde Bermúdez, para avanzar en una nueva ciudad moderna y acorde con el siglo XXI, recuperemos el mar, volvamos a ser ciudad marinera y referente canario en todo el mundo.


Sólo una recomendación: Luz y taquigrafos, vista larga, paso corto y mala leche que la va a necesitar en estos próximos 12 años.




Joaquín Hernández, periodista y analista político

Libre@Diario