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Las declaraciones de la ex secretaria y la actual secretaria accidental del Ayuntamiento de Tacoronte no consiguen que se les quite su imputación

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TACORONTE


EDDC.NET / Santa Cruz de Tenerife


Procedimiento penal contra el grupo de gobierno de CC en Tacoronte. Una causa que nació de la determinación, incluido su propio bolsillo, de la portavoz del PP, Teresa Barroso, a la que no le ha importado ir a los juzgados y enfrentarse a todos los ‘tibios’ de este mundo y del otro, con tal de que se haga la luz sobre como se ha gobernado en ese Ayuntamiento desde tiempos inmemoriales, los mismos que usan a su conveniencia políticos nacionalistas y demás corifeos y técnicos varios y variados.


No ha sido fácil. Un proceso tedioso, pero productivo. Tedioso por la ingente cantidad de información, pero productivo porque se está llevando a la arena procesal, toda la tramoya oculta de los nacionalistas en Tacoronte, desde aquel venerable, pero nada respetuoso con la ley y menos con los procedimientos administrativos, Hermógenes, al que todo el mundo adora, pero que nadie osará defender si se demuestra que no fue correcto, Y ahora su príncipe heredero, ese remedo de Luis XIV, ‘Tacoronte soy yo’, llamado y conocido como Álvaro Dávila, un alcalde que le debe la alcaldía, entre otros, a esa ex secretaria que ayer se enfrentaba a su propio destino, pero que prefirió no ajustar cuentas con él, sino convertirse en un espectro sin voz y negarse a responder a las preguntas, por este orden, de la jueza, de la Fiscalía y de la propia acusación particular.


No vamos a centrarnos en los detalles, esos que todos los periódicos ponen delante de sus lectores, por miedo, vagancia y sobre todo por falta de imaginación, ya que la sombra de las acciones judiciales y las querellas tienen a muchos acojonados y temerosos de Dios. Y además porque la mayoría son aburridos y cuando tienen su miga, deben ser un puente para lo esencial, para entender que es lo que está ocurriendo o como decía Juan de Mairena, ‘lo que pasa en la calle’.


Dos trabajadoras municipales. Ex secretaria (habilitada) y secretaria accidental. Ambas consideran una ofensa estar imputadas. Ambas encarnan una soberbia mal entendida del Derecho encarnado en sus informes. No entienden que se las moleste y se las haga a ir a un juzgado y más preguntarles por su trabajo. Una con sus recursos y sus silencios mantiene que lo que hizo estaba bien y no hay porque cuestionarlo, aunque decenas de documentos expresen precisamente todo lo contrario. Otra se fue por los mundos de Yuppie o mejor por los de un Barrio Sésamo ya cerrado y con Coco, el de arriba y abajo en huelga. Sus respuestas dejaron a los presentes, patidifusos. No se acordaba de la cuenta general de 2102, que la culpa si es de alguien es de Intervención, a la que habría que investigar al completo y como no, del alcalde, Álvaro Dávila, que antes de que apareciera el juzgado era el Señor del Castillo y ahora el mismo se ha transfigurado en Bestia, aunque por lo que se ve, no hay rosa que lo salve.


La secretaria accidental fue la más anecdótica de las dos damas. Pero ni la jueza ni Fiscalía están para bromas. Enfrente tienen años y años de gobierno nacionalista, a veces solo, a veces ayudado por los socialistas, que callan y otorgan y algún rezagado que fue de ellos. Un gobierno basado en todo lo contrario al respeto a la ley y a la justicia. Un gobierno clientelar, sustentado por el uso del dinero público sin control y sin respeto y con una plantilla, que habría que psicoanalizarla, con honrosas excepciones, ya que casi todos se sentaron en el diván de Hermógenes y Dávila, donde soñaron con oro y con prebendas. Ya saben a que fase corresponde todo esto en el pensamiento de Sigmund Freud (empieza por a y termina por l).


Y hay mucho de freudiano en todo este proceso judicial. Todos son como niños, llenos de traumas, porque el padre nacionalista (Tótem y Tabú) les dijo que podían correr por la pradera y coger todo lo que se les antojara. Pero el Superego judicial los está poniendo a todos firmes. En fin. El proceso sigue. Y alguna vez contaremos detalles, tralará, por El Pris corre Álvaro Dávila y por el monte, las facturas, tralará.

Libre@Diario