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Ya han pasado 7 años desde que se desencadenó una guerra civil en Siria, período en el que sus habitantes han padecido la peor crisis política, económica y social de su historia. Víctimas de la violencia, de la escasez de comida, de agua y medicinas, según la ACNUR, más de 5,6 millones de refugiados sirios han solicitado asilo en otros países.
Según las cifras aportadas por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, por lo menos 13,1 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en Siria, 6,6 millones de las cuales se encuentran en situación de desplazadas dentro del país, en un intento de escapar de los bombardeos. Se calcula que unos 5,6 millones de personas han cruzado la frontera hacia países vecinos en busca de auxilio, siendo el 75% mujeres y niños.
Aquellos que han conseguido escapar han solicitado asilo y han sido acogidos principalmente en Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto, aunque han recibido el rechazo de otros países, como Arabia Saudita, Qatar y Kuwait. De la Unión Europea, las naciones más receptivas han sido Alemania y Suecia.
En Latinoamérica, los estados que han desarrollado programas para recibir a los refugiados sirios son Brasil, Argentina y Uruguay, a pesar de no contar con la infraestructura adecuada para albergar grandes contingentes.
Mientras tanto, ACNUR mantiene abierto su programa de ayuda económica destinada a los refugiados en todo el mundo, especialmente a los provenientes de Siria.
En la web oficial de la Agencia para los Refugiados de la Organización de la Naciones Unidas se dispuso una plataforma tecnológica, a través de la cual los ciudadanos pueden hacer su donación monetaria.
Todo suma. Por cada 30€ proporcionan alimentos a un niño refugiado durante un mes, con 60€ se puede escolarizar a 3 niños todo un año y con 75€ se puede dar acceso médico a 5 refugiados sirios.
Además de medicinas y alimentos, el programa está pensado para proporcionar ayudas económicas, estufas y combustible para la calefacción, tiendas de campaña, ropa de invierno y mantas térmicas.
A los desplazados dentro del país se les proporcionan kits de construcción, servicios de protección y asistencia psicosocial.
En cuanto al Plan Regional para los Refugiados y la Resiliencia (3RP), que se debe ejecutar dentro del período 2018-2019, ACNUR y varias organizaciones humanitarias aliadas han estimado la necesidad de reunir 4,4 billones de dólares para apoyar a los sirios refugiados en los países vecinos, así como para hacer aportaciones directas a las comunidades que los albergan.
Otros 3.200 millones de dólares estarían destinados a 13,1 millones de personas que aún piden protección dentro de Siria.
A pesar de la acogida de ciudadanos sirios por la comunidad internacional, cerca del 70% de los refugiados viven en la pobreza en Líbano, por ejemplo, donde están dispersos en más de 2.100 comunidades por la falta de campamentos formales.
El 80% de los desplazados en Jordania están fuera de los albergues y el 93% en situación de pobreza.
La distribución desordenada de los refugiados sirios por diferentes países ha dispersado los esfuerzos de los organismos internacionales a la hora de hacer llegar las ayudas humanitarias de manera efectiva.
Las autoridades estiman que aproximadamente 2,98 millones de personas afectadas se encuentran en zonas sitiadas por los militares y de difícil acceso, lo que también ha obstaculizado las ayudas.