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El Cotarro de José Carlos Marrero

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LIBREDIARIO@DIGITAL / SANTA CRUZ DE TENERIFE / OPINIÓN / EDITORIAL


Marrero denomina a su periódico digital "El Cotarro", pero se tapa la nariz. ¿No sería mejor llamarlo "El Catarro", de Marrero"? Incluso, a pesar de llevar años creado, en su sección NOSOTROS solo existe él mismo y sus circunstancias... emulando al filósofo francés Jeal Paul Sartre, uno de los defensores del individualismo pragmático.



Por nuestra parte, nos alegramos de que a los profesionales de la información les vaya bien en la vida. Lo que lamentamos es que sea a costa de sacrificar la profesión y convertirla en una labor chusquera y cutre, basada en rumores de pasillo de ayuntamiento, visitas a despachos políticos y facturas propagadísticas a cambio de besar traserillos a grupos políticos que se atrincheran en el poder para el beneficio propio y de quienes se lo callan todo para que no se sepa nada.


El tal José Carlos Marrero, antaño defensor de los más débiles en la radio y hoy en día simplemente un servidor propagandista de Coalición Canaria con su "Cotarro" (contraportada de EL DIA), lugar donde se dedica día tras día a escribir tonterías (tiene que rellenar espacios como sea) y hacerle de paso la pelota literaria  y mediática a esos y esas que le ordenan lo que tiene que escribir a cambio de suculentas sumas económicas de nuestro dinero público.


Los medios de comunicación en Canarias y muchos de sus periodistas no se cortan lo más mínimo en hacer apología del "ridículo" alabando, elogiando y subiendo a los altares a esos personajes y partidos políticos que les tienen bien untado en beso, el bolsillo y sus cuentas de beneficios particulares aunque hayan destruido las islas y a la mitad de su gente con políticas neoliberales, de amparo y enriquecimiento de grandes empresas privadas, constructoras, hoteleras, petroleras, hidroeléctricas. Sin ningún rigor profesional, ningún objetivo social, de justicia o humano, Marrero prosigue en su Cotarro con su tarea de alabar y hacer campaña electoral de los mismos de siempre. Y de paso, tratar de debilitar al oponente, al rival... 


Estos son los periodistas punteros de Canarias... simples voceros del poder, pagados  por aquellos grupos políticos que se gastan ingentes cantidades de nuestras perritas en propaganda institucional... Y de paso, critican a aquellos otros y otras que no le gustan a sus amos. Repito por si no ha quedado claro: todo ello con nuestro dinero, el modus operandi de Coalición Canaria


José Carlos Marrero, en concreto, ha pasado de ser el típico "salvador de los más débiles" en Tenerife, al más puro estilo Encarna Sánchez, a consolidarse como uno de los mayores voceros editoriales del poder para tapar la corrupción institucional en esta tierra. De esas cosas no escribe. 


Marrero ha aprendido rápidamente a lamer las almorranas al poder político, a sabiendas de los buenos resultados que ello conlleva. Su experiencia mediática le ha llevado a relacionarse muy bien con esos y esas actores políticos que mantienen de manera autocrática el poder en el archipìélago. Amigo de Clavijo, José Alberto Díaz, Carlos Alonso, Efraín,... y todo el elenco de personajes incrustados en las listas electorales de la mamandurria en las islas. No lo digo yo, lo dicen los jueces.  



Amante del buen comer y el buen beber, Marrero se desmarcó hace décadas de la lucha del "4º poder para controlar al poder",  para aliarse con sus nuevos  mecenas, los que con dinero público compran silencios, voluntades, plumas y bolígrafos en nuestros oscuros Medios de Comunicación archipelágicos.


"Poderoso caballero Don Dinero"... ¿No es así José Carlos Marrero?


Resulta penoso verte en la contraportada de EL DÍA arrastrando tus miserias literarias a cambio de "vaya usted a saber qué", soslayando a la verdad, despistando la realidad y haciendo la pelota a quienes te pagan con nuestras perras, en ese espacio final que llamas "El Cotarro". Convirtiendo la profesión más hermosas del mundo en un coro de pasillo de comunidad de vecinos, en basurilla, en chismorreo prácticamente indemostrable, en una mini asamblea circense de marujas inventadas por tí mismo...


"La procesión va por dentro"... evidentemente, Marrero. Quién te ha visto y quién te ve. 


"Hartos de Doña Teresa Berastegui". No Marrero... Hartos de ti estamos los canarios y canarias


Por cierto, no te lee ni el Tato. Y te llamas "periodista". 



Editorial

Libre@Diario