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Soler Mira A Indurain En La París-Niza

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Marc Soler ha pegado el estirón y está decidido a convivir en la zona noble del ciclismo. El catalán, a quien los especialistas le catalogan como un pequeño Miguel Indurain, ha arrancado la temporada con excelentes prestaciones. 


Está brillando en la París-Niza, una ronda que el pasado año le catapultó a la notoriedad merced a aquella apoteósica escapada junto a Alberto Contador y David de la Cruz.


En la prueba francesa, el catalán se siente comodísimo. Ayer, en la sexta etapa, se colocó tercero de la general, a 26 segundos de Luis León Sánchez y a 24 del francés Julian Alaphilippe. Fue segundo en la crono de la cuarta etapa por detrás del Wout Poels (el holandés abandonó por una caída).


El polivalente corredor del Movistar es el primero de la clasificación de los jóvenes, pero eso no le basta. Hoy, en la etapa reina, con final en la cima de la estación de Colmiane (16,3 kilómetros y una pendiente media del 6,2%), pugnará por el liderato de la general. Condiciones no le faltan, tampoco ambición, aunque lo disimula con esa carita de niño asustado que pone cuando sube al podio de los jóvenes. «Marc es valiente y todo lo hace bien», advierte Eusebio Unzúe, que prefiere frenar expectativas. Las comparaciones con Indurain son exageradas, pero la historia parece dispuesta a realizar un guiño cómplice. El primer gran triunfo del navarro fue la París-Niza de 1989, cuando tenía 24 años, los mismos que Marc Soler. La clausura, mañana, con una etapa rompe piernas.


En un fin de semana de doble sesión, el Movistar, con Mikel Landa, también busca laureles es la Tirreno Adriático, que hoy acoge la etapa reina, con Froome, Nibali, Aru y Bardet y Dumoulin. Casi nada.

Libre@Diario