Una sociedad enferma.
“No es un signo de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma.”
Krishnamurti
Infinitas luchas de justicia social que se han perdido por falta de apoyo y participación ciudadana; ingentes movilizaciones por los derechos fundamentales robados a las que no acude casi nadie; activistas sociales que abandonan la lucha cansados, agotados por su tremenda soledad, partidos políticos de izquierda inmovilistas, adaptados a la vida de plenos y despachos... gente acomodada al sillón, al fútbol y a los debates de barras de bares y subvenciones mínimas.. Pero el Carnaval mueve lo que no mueve nada ni nadie.
Podría calificarse a quien tenga el valor de criticar a una sociedad en su conjunto de cualquier manera. Desde luego a nosotros nos da lo mismo cómo nos califiquen. Decir la verdad no gusta, no vende. Ya lo sabemos. Pero es imprescindible.
Esta sociedad canaria está profundamente enferma. Completamente a merced del escarnio, la corrupción y la estupidez. Divertirse no es sinónimo de ceguera. Pero en esta bendita tierra se ha confundido todo y nadie escapa a la idiotización social que estamos padeciendo. Nos matamos en la sombra y nos divertimos en la luz, todos juntos, todos resignados, todos a la par, todos en manada... en una suerte de manifestación de nuestra profunda frustración, resignación e impotencia. La turba lo tapa todo.
Los datos reales de pobreza y riesgo de exclusión en la economía canaria son escandalosos. Repetirlos sería caer en el tedio, en la monotonía y en el aburrimiento. Ya los conoce todo el mundo, aunque más y mejor los conozcan los ciudadanos alemanes quienes los ven desde fuera y desde un punto de vista más racional que los propios canarios y canarias. De ahís sus reportajes mucho mejor analizados y trabajados que los de nuestra propia Televisión Canaria, que no es más que el mayor aparato de propaganda de la ignominia político partidista que hemos asumido como "modus vivendi".
Así nos va, no levantaremos nunca cabeza. Somos una población mezquina e idiota. Nos llevan como corderitos allá donde al poder establecido le conviene, porque somos incapaces de pensar, de reflexionar, de salir de esta patética superficialidad que nos acongoja y nos atenaza por nuestros propios errores. Lo que importa es estar a la moda, hacer lo que hacen los grupos, las tribus... para sentirnos al menos parte de algo, aunque no sepamos ni el qué.
Ninguna protesta social ni justa ha movilizado nunca tanta gente en las islas. Tendríamos que remontarnos a etapas pretéritas donde aún no nos habían robado la dignidad...Pero ya las redes clientelares que se han ido tejiendo en las islas lo dominan todo. Sin remedio, estamos condenados al ostracismo y la debacle.
Ya no queda más que la paciencia... esa madre que pondrá las cosas en sus sitio.
Esta sociedad canaria, aunque le roben todo, siempre tendrá un disfraz que llevarse al cuerpo, como marcan las modas, y salir a la calle "no a exigir derechos fundamentales robados" sino a hacer el payaso... aunque dicho sea de paso, no tenga ninguna gracia.
¡Vivan las caenas!
Si esto es lo que nos gusta, esto es lo que tendremos... Hágase nuestra voluntad... populacho.