TENERIFE/ El caserío de Masca, uno de los enclaves más pintorescos del norte de Tenerife, se ha convertido en víctima de su propio éxito. Lo que antes era un rincón tranquilo y singular, hoy se ve sumido cada día en colas interminables de vehículos, atascos y caos circulatorio. La causa principal: la saturación de coches de alquiler que intentan acceder al lugar desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la tarde, todos los días de la semana.
La situación se ha vuelto insostenible. Turistas que desconocen la orografía del terreno se aventuran por la estrecha carretera de acceso sin respetar horarios, límites de paso o zonas de aparcamiento. El resultado es una constante acumulación de vehículos que, al no encontrar estacionamiento adecuado, acaban invadiendo arcenes, entradas privadas y espacios protegidos, dificultando la circulación e incluso poniendo en riesgo la seguridad.
Desde hace meses, los residentes de la zona vienen denunciando una turitificación descontrolada de Masca, donde las soluciones planteadas por el Cabildo de Tenerife han resultado claramente insuficientes. Ni las campañas informativas, ni los controles puntuales de acceso, ni los intentos de desviar a los visitantes hacia el uso de guaguas han logrado frenar el colapso diario.
La falta de una regulación efectiva sobre el acceso turístico en zonas rurales sensibles está afectando no solo al entorno natural, sino también a la calidad de vida de los habitantes de Tenerife. Masca se ha convertido en un símbolo más de la masificación turística que sufren las Islas Canarias, agravada por una llegada constante y descontrolada de visitantes que, sin una planificación adecuada, colapsan infraestructuras, erosionan el territorio y generan conflictos con la población local.
Cada día que pasa sin una intervención firme por parte de las administraciones públicas es un día más en el que se degrada uno de los parajes más valiosos del Archipiélago. Las voces que reclaman límites a la entrada de vehículos, control del acceso mediante reservas previas o la promoción del transporte público como única vía de entrada al caserío son cada vez más numerosas. Masca necesita soluciones urgentes y estructurales antes de que sea demasiado tarde.
A esta situación se suma el creciente malestar en redes sociales, donde muchos usuarios denuncian a diario el caos circulatorio en Masca. Ayer mismo, varios vídeos publicados en plataformas como X (antes Twitter), TikTok e Instagram mostraban escenas de colapso absoluto: coches atascados, estacionamientos inadecuados y colas interminables en plena carretera. La indignación ciudadana crece al mismo ritmo que lo hace la presión turística sobre este enclave natural.