SANTA CRUZ DE TENERIFE/ En las primeras horas de la mañana del miércoles, una embarcación con migrantes a bordo fue rescatada al sur de Tenerife, a unas 400 millas náuticas de la costa. La embarcación, un cayuco con 62 varones, 3 mujeres y 3 menores a bordo, había estado a la deriva y al borde de perderse en el vasto Atlántico. Trágicamente, también se reportaron tres fallecidos en el crucero que procedió al rescate y otros tres que quedaron en la embarcación.
El rescate fue realizado por un crucero que avistó el cayuco en una situación crítica y procedió a auxiliar a los migrantes. La operación de rescate se llevó a cabo con la colaboración de la Salvamar Urania, que actualmente se dirige a la zona para recoger a los fallecidos y asistir en el traslado de los sobrevivientes.
La llegada estimada del crucero a Santa Cruz de Tenerife es a las 04:45 AM, donde se ha montado un dispositivo de emergencia por parte de la Cruz Roja en el muelle para atender a los migrantes rescatados. Este dispositivo incluye asistencia médica y provisión de suministros básicos para las personas que han sobrevivido a la peligrosa travesía.
El drama de la inmigración a través de la ruta canaria continúa siendo una crisis humanitaria de proporciones alarmantes. En lo que va de 2024, un total de 24.160 personas han accedido a las islas por esta peligrosa ruta, lo que representa un incremento del 123.2% en comparación con el mismo periodo de 2023, cuando se registraron 10,824 llegadas. Estas cifras reflejan no solo el incremento en la cantidad de personas que arriesgan sus vidas para buscar una vida mejor, sino también la peligrosidad extrema de esta ruta migratoria.
La ruta canaria es considerada la más mortal del planeta, con un promedio de 32 muertos cada día. Las condiciones adversas del océano Atlántico, junto con la precariedad de las embarcaciones utilizadas por los migrantes, contribuyen a la elevada tasa de mortalidad.
La tragedia de la inmigración irregular hacia Canarias pone de relieve la necesidad urgente de soluciones coordinadas a nivel europeo e internacional. No se trata solo de gestionar las llegadas, sino de abordar las causas profundas que llevan a miles de personas a embarcarse en viajes tan peligrosos. Los países de origen, tránsito y destino deben trabajar juntos para ofrecer alternativas seguras y legales para la migración, además de mejorar las condiciones de vida en los países de origen para reducir el impulso migratorio.
El rescate de esta embarcación es un recordatorio desgarrador de la desesperación y el valor de aquellos que buscan una vida mejor, así como de la responsabilidad compartida de la comunidad internacional para proteger y salvar vidas en el mar.