La periodista tuvo la semana pasada un enfrentamiento que debió resultar muy desagradable para una profesional sensata y honrada. Y aunque no ha motivado su decisión, lo ya mencionado más la complicidad existente en la dirección del programa con el tertuliano Eduardo Inda (a pesar de su habitual impertinencia y grosería y su probada falta de rigor periodístico) pudieran ser las causas de este inesperado anuncio.
La dignidad es algo que solo te pueden quitar con tu consentimiento. Así que bienvenida sea la existencia de principios y la integridad ética. Ya te seguiremos allá donde trabajes, Ana. Y gracias por la parte que nos toca (nos tocas) como sociedad.