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¡Vaya poca vergüenza…!

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Libre



Poder



¡Vaya poca vergüenza…!


Eso que llaman privilegios del poder, tiene que ser cuestiones poderosas. Si no, no se explica. ¿Qué tendrá la política?


Da exactamente da igual que estés en activo como si no, hay que hacerse notar de la manera que sea. La cuestión es aprovechar cualquier ocasión para hacer campaña, donde y como sea. Estaban representados todos los colores. Hay que procurar seguir estando en la mejor situación posible, para salir en los mejores sitios de las fotos.


Me explico:


Hace algunos meses asistí con un amigo a lo que se suponía iba ser un acto entrañable, pero no, mi gozo en un pozo. Desgraciadamente fue “algo” que convirtieron en una marranada de mal gusto. Y todo, por ambicionar más protagonismo que el que debía tener el propio “Distinguido”.


Pues sí, la torpeza de unos ambiciosos caraduras por querer salir en la portada de algún diario local, eclipsó lo que se suponíamos iba a ser un acto a la altura de los méritos de un joven tinerfeño.


Una cosa es comentarles lo que allí sucedió, otra bien distinta es haber soportado el comportamiento de aquellos desvergonzados caraduras. ¡Bochornoso!


Créanme; son pocas las cosas que me van sorprendiendo a estas alturas de mi vida, pero en esta ocasión me sobrepasó lo que aquella tarde noche presenciamos. Les aseguro que sentí pena y vergüenza ajena, hubo tanta desfachatez y tanta falta de respeto al joven distinguido, que llegaron a provocar risas entre los asistentes. Vivimos una situación esperpéntica y hubo comentarios para todos los gustos.


En algunos momentos fueron tantos los murmullos de los asistentes, que anulaban a la megafonía de la sala. Sucedió tal cual se lo estoy contando. Lo que allí estaba sucediendo, provocó entre los asistentes mucha indignación, hubo gente que abandonó la sala.


Bien, hubo un momento que nadie entendía lo que estaba sucediendo, comenzaron a llamar a personas del público para que subieran al escenario y a su vez, iban haciendo mención de quienes eran los individuos y los cargos que ocupaban o habían ocupado en política. Un disparate que nadie entendía. Como pueden imaginar, aquella situación absurda y esperpéntica, provocó risas e indignación de los asistentes. En un momento se oyó en la sala, ¡Joder! Si cada uno de los presentes en el escenario hace entrega de un “Diploma”, ya tendrá que tener este muchacho paredes si quiere colgarlos todos. Estallaron las risas.


Como digo; sus torpezas y desvergüenzas, dejaron al descubierto la escasa calidad humana de aquellos individuos.


Catetos atrevidos”, es el mejor calificativo que tengo para definir cariñosamente a estos caraduras.


Ni les cuento del presentador y dueño del micrófono. El encargado de hacer la semblanza del “Distinguido”, no defraudó, estuvo a la altura del terrorífico acto: ¡Lamentable! Es como si se hubieran confabulado “Los Planetas” para que todo resultara un esperpento.


Lo del “Reconocimiento de Méritos”, pasó inadvertido. Hurtaron las ilusiones y el protagonismo al actor principal, de lo que tenía que haber sido su ¡Gran Tarde!. Eso sí, nos divertimos como canallas.


Como les digo, el acto fue tedioso y la ristra de inútiles que iban subiendo al escenario, casi no caben. Es curioso, porque cuando mirábamos al joven, veíamos una cara descompuesta y de asombro.


Lo que tenía que haber sido una tarde entrañable, lo convirtieron en un acto despreciable.


Los organizadores se lucieron. ¿No saben que en este tipo de actos, no puede haber protagonismos políticos? ¿Que el homenajeado ha de ser la figura principal? Nunca vi tanta falta de respeto, tanta desfachatez.


Me reafirmo; cada día estoy viendo a más parásitos asociados a “La Fraternidad del codazo”, codazos por querer salir en la foto y permanecer como sea en política.


Hubo un momento en que no me pude contener y le comenté a uno de ellos con el que tengo, bueno, tenía buenas relaciones: “Me aterra la idea de convertirme en uno de Vds.” Noté que le sentó como una patada en órganos sensibles. No me habló más en lo que duró aquél triste acto.


No niego que los años me hayan vuelto más radical, pero les garantizo que en la mayoría de mis comentarios, estoy siendo moderado y bastante generoso.


Para concluir; podrán llamarme lo que quieran, pero eso sí, jamás podrán acusarme de haber perdido mi virginidad, perdón, quise decir mi dignidad, por ambicionar un título honorífico que venga de los favores de un amiguete influyente o por ser afín a un color determinado.



Así lo vi y así se los cuento.



IMG 8903

Francisco Toledo Martín.

Libre@Diario