siguenos en facebook siguenos en Twitter siguenos en Google+ Canal de youtube

¡Faltó honestidad y muchas ganas…!

|

Libre



Radio


¡Faltó honestidad y muchas ganas…!


Espero que no saquen conclusiones erróneas con lo que nos pasó a un grupo de compañeros enamorados de hacer “Radio”. Alguna vez han escuchado la expresión: ¿“murieron de éxito sin haberlo conseguido”? Pues eso…


Un buen día me propusieron lo que veníamos persiguiendo desde hacía muchos años desde nuestro “humilde programa de radio”. No era otra cosa que intentar poner en marcha un proyecto donde alcanzaríamos mayor cobertura de audiencia y aplicaríamos una “fórmula diferente de hacer radio”. No niego las posibles dificultades que eso iba a suponer para una empresa modesta. Modesta, pero con una larga experiencia al servicio de los ciudadanos. Hubo tanta ilusión en la propuesta que llegué a emocionarme.


¡Bueno!, ese espectador cruel como es el tiempo, se encargó de hacernos ver la triste realidad. En fin, tampoco pasa nada, sólo fue una experiencia decepcionante y punto. Me gustaría que mi exposición de lo sucedido, se entendiera más como un lamento y no como un reproche.


Se dice que los negocios y los proyectos serios, jamás han de tratarse en terrazas de cafetería o bares, casi nunca salen bien. Son lugares que propician mucho bla, bla, bla, y luego, pues eso, na de na.


Hay un dicho que dice: ¡Dios los reúne y ellos se amontonan! Esta última frase no sé si quedará bien, pero yo la meto, ya puestos.


Siempre he pensado que cuando no existe ilusión e interés en hacer algo, difícilmente podremos concluir nada. Hay momentos en los que te involucras de tal manera, que sólo piensas en trabajar para llevar a buen término la idea a desarrollar, pero… Del dicho al hecho….


Como digo, empecé a sentir frustración cuando veía cómo transcurría el tiempo y todo permanecía igual, sólo quedaba en la memoria las buenas intenciones de un momento de euforia.


Hay circunstancias en las que ni comen, ni dejan que nadie se siente a la mesa a intentar conseguir el éxito que tanto habíamos soñado. ¿Miedos, desidias, envidias, serían estos los motivos por lo que no fructificó la idea?


A la vista de tan estrepitoso fracaso, te preguntas: ¿Volverías a participar de un nuevo proyecto con los mismos protagonistas? Por mi parte será muy difícil. Honestamente pienso que mi hora ya pasó. Si además, no encuentras lealtad y apoyos... Es de justicia decir, qué no podemos meter a todos en el mismo saco, por supuesto que no.


Repito, es decepcionante y cabrea, no haber podido llevar a buen puerto una idea fantástica como aquella. Culminar un proyecto bonito e interesante, hubiera supuesto una gran satisfacción para continuar mejorando nuestro humilde trabajo. Igualmente, hubiera sido motivo de orgullo y satisfacción, poder mostrar “las señas de identidad de una extraordinaria forma de hacer las cosas de manera diferente”.


Nuestra única pretensión era “ser comunicadores críticos y sentirnos parte de nuestros oyentes”. Siempre, sin perder de vista nuestros orígenes como fueron: la honestidad y el rigor” en un formato diferente.


Por otro lado, hay que saber cuándo algo no interesa para no interferir en el trabajo de los demás, así, evitaríamos que alguien nos pueda señalar el camino de vuelta a casa. En cualquier proyecto, todos tenemos cabida si demostramos interés y ganas de trabajar por la propuesta. Por tanto, no esperes a que te culpen de qué has podido ser parte del fracaso.


Querer desarrollar algo serio, supone asumir riesgos y tener que superar obstáculos. No olvidemos que en este caso, apostábamos por caballo ganador.


Como sé que este argumento resultará conocido para algunos, lamento que alguien pueda sentirse culpable de romper lo que había y de que ese proyecto no viera la luz. Si así fuera, siento decirles que malograron muchas expectativas e ilusiones de quienes creímos en la importancia de la idea.


Sigo creyendo en la vigencia del proyecto, me gustaría pensar que sólo ha sido un “parón temporal”. Insisto, me gustaría dejar claro que no trato de buscar culpables, es simplemente intentar poner en valor lo que algunos no consideraron, las muchas ilusiones de unos compañeros comprometidos. ¡Bien digo, algunos!


Concluyo: Si repasamos “La Historia” (Con mayúsculas), comprobamos como en sus muchos capítulos a “los cobardes”, no les dedican ni un solo renglón.


Así lo siento y así lo expreso.





IMG 8903

Francisco Toledo Martín.

Libre@Diario