Las viviendas de las parcelas I7 e I8 de la Calle La Coruja, en el barrio de Añaza de Santa Cruz de Tenerife se encuentran en una sotuación cada vez más complicada. La situación de cada familia residente en estas parcelas del barrio del suroeste es diferente. Hay familias que han venido pagando sus recibos de alquiler particular hasta la fecha de manera religiosa... incluso aquellas que mantienen un concierto con el Ayuntamiento de Santa Cruz el cual se hace cargo del abono de hasta 9 recibos de alquiler anuales (250€ de media cada uno), pero existen muchas que no pueden pagar el mismo y otras están en situación de okupa.
Tras conocerse la posibilidad de que el Banco de Santander haya podido vender ambas parcelas a un "fondo buitre", la preocupación de las más de 80 familias afectadas (algunas de ellas ya con órden de desalojo) se ha disparado. El Confidencial desveló hace unos días que la entidad financiera tiene prácticamente cerrado un acuerdo con el ‘fondo buitre’ Cerberus para venderle la última cartera de ladrillo tóxico que aún tiene en su balance, y que fue la consecuencia de las numerosas quiebras acaecidas en el sector de los promotores inmobiliarios privados durante los primeros años de la crisis
Libre@Diario se ha puesto en contacto con las vecinas afectadas por el pasado incendio en la propia parcela I7 que afectó a dos viviendas del edificio, una de manera directa y otra de manera indirecta. El Ayuntamiento, tras conocer el siniestro, se comprometió a buscarle a estas familias un "piso tutelado" provisional (no una vivienda, como se dijo en un principio).
El inconveniente es que estas viviendas carecen de Seguro de Incendios, con lo cual se complica el hecho de que puedan ser reparadas. Además no existe un a administración de zonas comunes. Pero a pesar de ello, la entidad "arrendataria" (por ahora conocida por LURI 6 SAU) tiene contratada "Vigilancia Privada" para evitar que se produzcan más ocupaciones ilegales.
Hasta la fecha la propietaria de la primera vivienda afectada convive con unos vecinos. La segunda inquilina permanece en su vivienda pero con daños estructurales que afectan sobre todo al cuarto de baño, techos y pisos. Ambas tienen hijos menores, pero este problema va a ser difícil que se resuelva ya que ambas familias carecen de recursos para reparar por su cuenta los desperfectos.
IMÁGENES VIVIENDA INFERIOR AFECTADA:
El color marrón de las aguas que se filtran de la vivienda del piso superior (donde se produjo el incendio) al inferior, corresponde, según los técnicos, a aguas fecales procedentes del pozo séptico afectado por el incendio.
Además de la preocupación por la situación contractual de estas viviendas, estas vecinas están preocupadas por la salud de sus hijos. Pero parece que el problema tiene difícil solución, salvo acudir a la justicia en caso de que se produzca algún tipo de agravio para las personas como consecuencia de esta situación.
Los políticos municipales piden "serenidad"... pero parece que eso no calma la crispación y el enfado de los/as vecinas de ambas parcelas ya que su situación es muy complicada, inestable y desesperada... --nos explican.
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