Hugo Fernández Robayna para LIBREDIARIO@DIGITAL / OPINIÓN / EDITORIAL
Siguiendo con la propaganda política, las concentraciones de la Alemania Nacional-Socialista convencían desde el instinto, nunca desde la razón: las imágenes de exaltación, celebración, fuerza colectivas eran tan poderosas que la muchedumbre aplaudía y se enardecía a pesar de que el Führer a veces se ofuscaba tanto como para hacer su discurso ininteligible, a pesar de que se defendía la supremacía aria del hombre blanco, rubio, con los ojos azules cuando nadie de la cúpula dirigente cumplía con estos mínimos, dirigidos todos ellos por un caudillo que ni siquiera era alemán. Retornando al ejemplo de Japón, en su Historia Contemporánea, una expresión del suicidio ritual, los kamikazes –o ´viento sagrado´, institución que evoca el triunfo de los elementos frente a la truncada invasión del Imperio Mongol del archipiélago en el s. XIII- suponen el triunfo de la propaganda y presión del colectivo frente al instinto de supervivencia, pues se llegaron a presentar el triple de pilotos voluntarios que el número de aviones disponibles durante los últimos estertores de la última Guerra Mundial. Aun confesándose de ideología atea y rabiosamente materialista, en épocas recientes del extremo oriental europeo, el estajanovismo impelía a una lógica sacrificial pareja a la desarrollada en el Paleocristianismo.
El gran poder que ejerce lo visual como estandarte de la presión colectiva, del útero social, nos brindan la oportunidad de revisar los estudios de H. F. Harlow. La imagen sin texto y sin razón, apuntalada por el inconsciente colectivo tiene, por tanto un gran impacto destructor, además de creativo, lo que da cuenta de su poder como medio. Como origen. Como fin. Como silente grito inconsciente.
Este texto pretende, pues, ser una invitación a considerar al Noveno Arte –siendo industrial, su importancia no es menor sino todo lo contrario, los elitistas/exclusivistas siempre tendrán la compra de bocetos firmados- como lo que es –además de Arte, como estarían dispuestos a afirmar no sólo sus consumidores a gran escala, sino intelectuales como Luis Alberto de Cuenca y Umberto Eco-, un espacio de expresión y consideración del lenguaje gráfico de primera relevancia en nuestro mundo contemporáneo de amplias raíces en la iconografía desde la Prehistoria: han crecido y madurado más allá de lo que parece sugerir su denominación de ´comic´ y, como Maus –el comic-book que suena como el apellido del abogado del substantivismo antropológico-económico-, han llegado a obtener premios reconocidos internacionalmente fuera de su coto de caza –como le ocurriera a The Sandman-, nos sirven como soporte para la comunicación y para la enseñanza, como medio para captar nuevos acólitos-lectores, y para la exploración durante todo nuestro recorrido, más allá de esos años que se suponen devocionarios de los ´libros sin dibujos´. Son un eslabón entre la experiencia, la idea y su expresión en blanco y negro o en color, nos tienden la mano para ser copartícipes y coautores y por ello enriquecen nuestras vivencias, nuestra vida. En un plano más substantivista, el intercambio de comics desinteresadamente entre un grupo de iguales fomenta la reciprocidad generalizada, algo que haría las delicias de Mauss y Polanyi, de Sahlins; las primicias exclusivistas y la revalorización de un ejemplar –especialmente en lo tocante a los primeros números- determinado en el tiempo, por edición limitada y firmada por sus autores, las haría de los formalistas.
Hay otro aspecto a considerar brevemente –pues somera pretende ser esta exposición- en el plano antropológico. La evidente relación entre las viñetas y los memes. Según Richard Dawkins, etólogo, zoólogo, teórico evolutivo y divulgador científico británico, contamos con dos herramientas para procesar la información:
Hay, como vemos, un terreno abundante para el parlamento: podríamos añadir a lo reseñado por Dawkins que, al hilo de lo que revela la Psicología del Desarrollo, muchas conductas –como las que se encuadran en el estilo educacional, las teoría del apego de Bowlby- se transmiten de forma no consciente, que muchas de ellas, por condicionamiento vicario y gracias a las neuronas-espejo, son adquiridas sin una intención previa. Pero tal intención, reflexión, conciencia, intención, no han de estar, empero, lejos de la manzana que cae.
La viñeta tiene el poder de contar con la imagen, y, como sabemos, los iconos tienen un impacto más directo y veloz que las palabras. La transmisión de información también parece darse la mano con las contemporáneas teorías de la Física Cuántica, que han pasado de analizar átomos, ondas y partículas a considerar a la Filosofía, a los memes, a que la unidad básica de análisis es la información.
Continuará...
Hugo Fernández Robayna
hugo.fernandez.robayna@hotmail.es, tfno. 606 618 603
Antropólogo Social y Cultural, Psicólogo Clínico y Educativo, Docente y estudiante de Geografía e Historia,
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