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Canarias ante un nuevo desafío con Hacienda

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LIBREDIARIO@DIGITAL / información de Espiral21


Canarias se enfrenta a un nuevo desafío con Hacienda a cuenta de los incentivos fiscales abrigados en el REF.


El debate no es nuevo. El REF tardó en reglamentarse por la escasa valentía política del PSOE, PP y CC en las dos últimas décadas.


Por un lado, desnudaron a empresas y asesores en la planificación inversora, dando lugar a numerosos litigios con la Agencia Tributaria. Y por otro, dejaron que el fisco asumiera una amarga responsabilidad como si fuera el padre de la ley, una circunstancia injusta que no ha hecho otra cosa que liar la legitimidad de la singularidad canaria.


Por lo tanto, equiparar a estas alturas a los inspectores como Torquemadas al acecho, resta poder y ambición a instituciones como la Zona Especial.


La ZEC está vivita y coleando desde la reformulación del REF en 1994, pese a que las pegas de Rodrigo Rato contra la fiscalidad canaria casi acaban con ella.


Entró en vigor en 2000 con más limitaciones de las esperadas. Los asesores fiscales jamás confiaron en su potencial. Pasó a ser la cenicienta del REF aunque, eso sí, el consejo rector ha disfrutado de un dineral para su promoción.


La ZEC ha conocido 4 presidentes (1 del PSOE, 2 del PP y uno de CC). Es posible que en otoño se presente un nuevo titular, pero hasta entonces Beatriz Barrera tiene la misión de concentrar las nuevas expectativas que empresas y asesores le están dando a la ZEC.


La novedad ahora permite las operaciones triangulares, que es la base del comercio mundial con el aliciente de que Canarias (o sea, las entidades ZEC) tienen el Impuesto sobre Sociedades más bajo de Europa (tributa al 4% frente al tipo medio español del 25%).


Las triangulares se autorizaron en enero de 2015, pero ha sido ahora, con el pacto entre CC y PP para los presupuestos, cuando el instrumento comercial ha cogido confianza.


PWC, KPMG, EY o Deloitte conocen la trascendencia de estas operaciones. Y otras firmas de peso en el mercado local (Murli, Atrium, Hamalgama, Luján o Auren) son conscientes del potencial. Ahora solo falta que los empresarios den el visto bueno y que el riesgo de confrontación con Hacienda quede reducido a la mínima expresión.


Para lograrlo, la responsabilidad política de partidos, diputados y senadores ha de ser prioritaria y consecuente con la coyuntura económica.


Los 110.000 parados de la construcción de 2007 siguen en el dique seco y la ZEC podría dinamizar todos los sectores de la economía canaria con el arribo de multinacionales.


El balance de la ZEC no es sinónimo de éxito, con 400 empresas, 3.800 empleos y unos 350 millones de euros de inversión no materializados en su totalidad. Pero por algo se empieza y ese inicio es francamente esperanzador.

Libre@Diario