Héros y villanos y viceversa

En esta vida que nos ha tocado vivir, queramos o no alguna vez, algún momento en nuestra vida, por muy anodina que la tengamos, nos hemos sentido héroes.

Fugazmente héroes en silencio, pero al fin y al cabo cuando hemos visto crecer a nuestros hijos, sacarlos adelante, el sentimiento de heroicidad no te lo quita nadie.

Para ello eres todo un héroe mientras les des sus caprichos, mientras no les recrimines con eso de “niño deja de jugar con la pelota...” “niño esto no se hace, eso no se dice, esto no se toca” que dice mi amigo el noi del Poble Sec, si lo haces acabas siempre siendo un villano.

En la vida de un ciudadano de a pie sucede de vez en cuando, pero en la vida de un jugador o entrenador de fútbol esto le sucede cada semana.

Lo curioso del tema es que solo son villanos los que se dedican al fútbol, es curioso porque en el Tenis, por ejemplo, todos son héroes, si algún día Nadal o Federer lo tienen malo siempre tendrán una excusa para continuar su carrera deportiva en plan de héroes eternos.

Si el gran Messi, jugador excepcional y lleno de tardes de gloria en los campos de medio mundo, va con la selección argentina y no marca goles o no juega como en él es costumbre, pasa de ser aclamado como todo un héroe del mundo mundial, a pasar a ser un villano incapaz de hacer ganar a su selección y un vendido al dinero… etc etc etc.

Si un entrenador como José Mouriño, distinguido como mejor entrenador del mundo en el año 2010, ganador de todo lo ganable, el único entrenador que ha ganado las tres ligas más importantes del mundo, Inglaterra, España e Italia, ha pasado en menos de lo que dura un pastel en la puerta de un colegio a la hora de la salida, de héroe renombrado mundialmente a villano perverso incapaz de entrenar al equipo del Villa conejos de abajo FC.

El fútbol es así, en este deporte los aficionados han sido capaz de matar, incendiar estadios, masacrar, insultar, y a las pocas semanas, elogiar, alabar, vitorear, entusiasmarse hasta llorar de alegría y cantar las glorias de su equipo si es capaz de ascender de categoría o alcanzar algún titulo por pequeño que este sea.

Triste realidad el profesional del fútbol, en cuanto a fobias y filias se refiere, porque en cuanto a la pasta gansa, al parné, a la pela, o como quieran llamarlo, son verdaderas maquinas de generar dinero.

No en vano son 265 millones de personas las que practican ese deporte y más de 3.500 millones son sus seguidores, a ver sin con tanta audiencia no puede ganar 500 mil euros libres de impuestos a la semana, ¿ o no?. Si tenemos en cuenta que las camisetas de los jugadores del Real Madrid o Barça 500 millones de unidades a 80 euros la unidad, echen cuentas y me dirán si no vale la pena cobrando un mínimo (jugador mediocre de la 2ª A) de 10.000 euros mensuales con menos de 20 años, ser villano cada par de semanas, eso sin tener en cuenta que si llegas a ser héroe al final de la temporada, es posible que suba tu cotización hasta cobrar algunas decenas, centenas de miles e incluso millones de euros al mes, libre de impuestos.

En fin, mucha pena que nos dan los profesionales del fútbol.

Por Quino Hernández