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Carta urgente a Pedro Sánchez

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El Bar de Pepe


Excelentísimo Señor:


El que suscribe, Joaquín Hernández, mayor de edad, nacido en las Islas Canarias y domiciliado en Santa Cruz de Tenerife, por la presente me dirijo a su excelencia con la intención de mostrarle mi opinión sobre la política efectuada por usted y su gobierno en estos ocho primeros meses de su mandato como presidente del Gobierno de España.


Como la mayoría de los españoles, si nos preguntan ¿cree usted que existe un estado democrático en España? El resultado, según encuesta de sondeo casero (las encuestas más reales y ciertas son las que se realizan boca a boca) el 75% de los encuestados, unas 2.000 personas en un trabajo de campo de 3 meses y utilizando un equipo de 20 personas, dijeron que no, o sea que no sentían el hecho de vivir en una democracia plena y total, y si en una especie de “dictocracia”, es decir una especie de dictadura disfrazada de democracia.


Vera usted, yo siempre he sido y creo que lo seguiré siendo, un defensor de la injusticia. Toda mi vida me he rebelado contra la ignominia, la intolerancia y por ende contra las conductas dictatoriales.


Por lo tanto estuve a su favor cuando sus compañeros de partido, la gran mayoría siguen estando dentro y en cargos relevantes del Psoe, al mejor estilo de la dictadura franquista, solo les falto el motorista, le echaron a patadas de la secretaria general del Partido Socialista Obrero Español.


En aquellas fechas vimos a un Pedro Sánchez Pérez – Castejón totalmente sorprendido, hundido y traicionado por aquellos a los que usted había confiado a rabiar.


Sin embargo, su entereza al defender sus postulados, su no es no, le obligo a dimitir de todos sus cargos, incluido el de diputado en el Congreso español y entregando su acta abandonaba, llorando, su escaño.


Nos hizo la promesa de volver, y volvió, claro que regresó, y lo hizo apoyado por millones de españoles, militantes algunos y socialistas todos entre los que me incluyo.


Por aquellas fechas (enero del 2017) le envié una carta abierta y entre otras cosas aproveché para darle algunos consejos (ya sabe lo que dice el refrán; “se es más sabio por viejo que por diablo) entre esos consejos le decía: “Lo ocurrido aquel 29 de octubre del 2016 no debe caer en el olvido, todo lo contrario, debería tenerlo bien en cuenta. El nido de víboras sigue instalado en la sede de la madrileña calle de Ferráz y, antes de tomar asiento en el sillón del despacho de la secretaría general, tendrá que fumigar tanto parásito y acabar con tanto ofidio que anda reptando por los pasillos del Psoe”


También le dije: “Conforme se vaya acercando la fecha de las primarias y sea un hecho su victoria, empezaran acercársele las mismas ratas que le abandonaron, recuerde siempre que el perdón no significa el olvido. “Vista larga, paso corto y mala leche” un consejo que me dieron mis antepasados y que siempre lo he utilizado en momentos difíciles con excelentes resultados”.


Después de dos años la cuestión sigue igual. Los mismos de siempre boicotean y critican cualquier tema que usted y los suyos propongan, ya no se trata de una critica constructiva y desde la perspectiva de aportar, no, para nada es así, critican sus decisiones con el peor estilo de la oposición. Felipe González, Guerra, Bono, Susana, y media docena de “barones”, incluso históricos traidores como el ex ministro del interior Corcuera, que lucia sus mejores galas en la convocatoria de la derecha extrema española del passado 10 de febrero, solicitando la moción de censura y las elecciones anticipadas, lo único que le faltó fue una foto con Santiago Abascal.


Les recuerdo que ex ministro Corcuera estuvo juzgado por la supuesta compra de joyas como regalo navideño a las esposas de sus colaboradores con fondos reservados. Famoso por su “ley de patada en la puerta”, que fue anulada por el Tribunal Constitucional, le obligaron a dimitir.


Usted tiene un problema que empiezo a entender como algo negativo y peligroso; es muy débil, políticamente hablando es, o por lo menos lo parece, un flan.


Porque si es cierto que los problemas se arreglan con el dialogo más que con la violencia, no menos cierto es que para que exista ese dialogo hace falta que ambas partes tengan margen para ceder, de otra manera el dialogo se convierte en el de los besugos.


No se puede dialogar bajo el marco constitucional, con gente que no admiten la Constitución española, que rechazan las leyes que establece la carta magna de los españoles, sencillamente porque podríamos estar año tras años sin conseguir dar un paso adelante. Convénzase, señor Presidente, con el problema secesionista catalán poco arreglo se podrá obtener a menos que se reforme la Constitución en el sentido de permitir la autodeterminación de los pueblos de España, cosa esta que visto lo visto lo visto parece imposible.


Ya se que gobernar con el 24% de posibilidades es imposible. Depender de tus adversario para gestionar un país es como tener el enemigo en tu cuarto de baño.


Creame, D. Pedro, gobernar constantemente chantajeado es de todo menos eso.


Analizando el problema secesionista catalán se tiene que tener en cuenta que no es el pueblo, la totalidad de los catalanes los que se pronuncian y se sienten independentistas, sólo el 28% apenas 2.100 millones de los 7.441 millones de habitantes en Cataluña, apoyan la separación de Cataluña del estado español. Magnificar el tema incluyendo, tal y como enfatizan los independentistas, mintiendo deliberadamente, “todos los catalanes, el pueblo catalán están con nosotros” atribuyéndose la representación de la totalidad de la población es un síntoma más de una república bananera al estilo de las mejores del sector, que de una región modernista y europeista.


El problema catalán es un problema del 28% de la población catalana, ni más ni menos.


Si no se puede mantener ese dialogo, el problema se mantendrá tanto tiempo como lo quieran el propio pueblo catalán, es hora de pasar a la pasividad, a correlativamente sentarte en la puerta y esperar los acontecimientos; el futuro de los españoles no depende de los secesionistas catalanes, ni siquiera el futuro de esa comunidad española depende de Puigdemont y compañía.


Mi consejo es seguir, avanzar en el tejido social, mostrarse firme y con el convencimiento del amparo de las leyes y el respeto a la Constitución, con mano firme.


No le dé miedo a la convocatoria de unas elecciones anticipadas, haga buena su palabra del discurso de investidura, convoque cuanto antes y estoy convencido de su triunfo. No ruegue más, si rechazan los mejores presupuestos generales de los ultimos 15 años del estado español, estarán rechazando el estado del bienestar de 47 millones de españoles.


“Vista larga, paso corto y mala leche”… hágame caso y adelante, un paso para atrás ya sabe usted muy bien que no sirve para nada, y dar grasa a un motor sin baterías no sirve para arrancarlo.


Por Joaquín Hernández

Libre@Diario