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Hay que cambiar el tratamiento a este paciente…

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Tur



Sabiendo de la complejidad del problema del desempleo en Canarias, vemos como ciertas cuestiones están influyendo de forma negativa para que no pueda haber una disminución significativa en el número de parados. Pensar en el pleno empleo en nuestro archipiélago es una utopía.


Cada vez que hemos abordado esta cuestión, siempre llegamos a la misma conclusión: Somos demasiados y no tenemos capacidad para crear suficiente entramado industrial que facilite la creación de más puestos de trabajo.


Hay quienes no se han enterado de que esto no es territorio continental, que somos un territorio fraccionado, pequeño y sensible a determinados cambios. Hemos sobrepasado la capacidad que tiene este limitado territorio para seguir recibiendo a más futuros residentes y a superar la barrera de los 16 millones de visitantes anuales. ¡Una barbaridad!


Como podemos ver, son factores que condicionan negativamente a nuestras islas, por tanto, no es posible que en estas circunstancias se pueda disminuir el número de desempleados.


Dicen que al ser Canarias territorio europeo, no se puede prohibir el tránsito de personas (Acuerdo Schengen). ¡Poosss vale, de acuerdo! Entonces que Europa busque soluciones al gran problema que tenemos por estas tierras, “El Paro”.


La sobrecarga de población está produciendo: Demasiada contaminación medioambiental, vertidos de aguas residuales al mar sin depurar, sobreexplotación de recursos naturales, contaminación y desaparición de acuíferos, deterioro de parajes naturales, exceso en ocupación de suelo, generamos demasiados residuos sólidos, colapsos circulatorios etc, etc. ¡Una insensatez!


¿No les preocupa todo esto? Si a todos estos problemas le añadimos que ha vuelto a subir el número de desempleados…¡Por favor!, llamen urgentemente a la UCI que el paciente está con síntomas de estirar la pata. Nadie entiende que no se hayan aplicado medidas correctoras por la vía de urgencia para poner fin a tantas miserias.


Si nuestra primera industria, no ha sido capaz de generar más empleos teniendo los índices más altos de ocupación de su historia, ¡Houston, tenemos un gravísimo problema! Es evidente que aquí hay algo que no funciona.


A esos que viven en las nubes les pregunto: ¿Qué hacemos con esas familias donde están todos sus miembros desempleados, con los parados de larga duración, con esos jóvenes que han finalizado sus estudios, etc., etc.?


No quisiera ser derrotista, pero tal y como están las cosas en la actualidad, incierto futuro nos espera.


No hablo de ahora, es una cuestión que tenían que haber puesto en marcha desde hace muchas décadas. Vemos como nadie entona un “mea culpa” por no haber sido capaces de planificar y poner en marcha unos “Planes de Estudios y Formación” eficaces, que facilitaran la empleabilidad de nuestra gente. ¡Preocupante! Ya estamos oyendo como se alzan “”””voces autorizadas””””, acusando de no haber sabido planificar el futuro del sector. ¿Dónde han estado esos que ahora se muestran tan críticos e indignados?


La euforia de los comienzos del turismo en nuestras islas fue como una rapiña en tiempos de abundancia, todo valía. ¿Se acuerdan cuando pedíamos una sopa de pollo y nos traían una sopa a la uña? Según algunos, nada preocupante. Muchos murieron de éxito por la falta de profesionalidad. No entendieron que fidelizar, era intentar mantenerse ofreciendo la máxima calidad con los mejores servicios profesionales.


Es lamentable que en una de las regiones donde primero empezó la fiebre del turismo de masas, no se supiera planificar ese futuro prometedor que se avecinaba. Tuvimos la posibilidad de haber sido el referente internacional de la máxima calidad en el sector turístico, pero…


Hay que admitir que todo se precipitó muy rápidamente y no se supo reaccionar con la misma celeridad. Esto supuso para otros sectores productivos de las islas un duro golpe. La agricultura y la ganadería principalmente, sufrieron un abandono importante por una especie de locura colectiva entre nuestros jóvenes que creyeron haber encontrado “El Dorado”. Vieron en esos sectores emergentes (hoteles, restauración y construcción), la gran ocasión de un futuro prometedor, más cómodo y mejor remunerado.


Esa avalancha precipitada, propició que nuestra gente llegara con escasa preparación a ocupar aquellos puestos de trabajo. A día de hoy, comprobamos como seguimos recurriendo a profesionales del mercado comunitario o extranjeros, para cubrir determinados puestos de responsabilidad en las empresas turísticas. Y todo, por no tener en nuestra Comunidad a los profesionales cualificados que demanda el sector. ¡Inadmisible!


De haber tenido las ideas claras y un proyecto serio, nuestros jóvenes hubieran podido ser los mejores profesionales en cualquier ámbito de este sector. ¡Es imperdonable!


Si hubiéramos prestado atención y tomado buena nota, el resultado hubiera sido otro. Ofrecíamos: Climatología benigna todo el año, seguridad ciudadana, modernas y lujosas instalaciones, junto a otras bondades naturales. Conociendo todo esto, no fuimos capaces de ser previsores y tener al personal cualificado para cubrir las demandas del sector y así, completar esa ofertar de máxima calidad. Al final, llegó la globalización y nos cogió con los pies cambiados.


Si consultas a la patronal del sector, puedes confirmar lo que venimos denunciando: Que tienen que recurrir a ocupar determinados puestos de sus plantillas con personal comunitario o por extracomunitario. Y la pregunta es: ¿Cómo se han utilizado la friolera de millones que han venido para formar a nuestra gente?


¡Callada por respuesta! También en el mundo empresarial escuchamos voces discordantes de como se ha llevado el tema de “La Formación”. Al final: La sartén, la olla y el Sindicato, no vieron nada irregular…Vivir para ver…


Me gustaría dejar bien claro que lo único que criticamos, es el tiempo tan valioso que hemos perdido en dar unas respuestas a este problema. Repito, no se entiende que no tengamos a nuestra gente preparada para cualquier demanda que venga del sector.


¡Insisto! Nuestros responsables en “Educación y Formación”, es como si tuvieran a estas especialidades de la enseñanza, como de menor interés dentro de los diferentes “Planes de Estudios” de nuestra Comunidad.


Cómo para mí es muy importante lo que vayamos a dejar a nuestra gente para el futuro, pensemos en cómo podemos mejorar todas estas cuestiones que afectan directamente a residentes y a ese gran número de personas que nos visitan.


Conociendo la situación estratégica que ocupan nuestras islas con sus características excepcionales, estaríamos apostando por caballo ganador. Aun así, todavía no somos conscientes de los beneficios que nos podría reportar un turismo de calidad y no, ese turismo de masas que empieza a ser preocupante por el deterioro que está produciendo en nuestro territorio. Nos aportaría mayores beneficios y más oportunidades para nuevos empleos.


A lo largo de muchas décadas he mantenido que había que buscar otro “Modelo Turístico” para nuestro archipiélago. Es posible que todos estos años haya estado predicando en el desierto y a pesar de todo, sigo erre, que erre. Desearía que fuera un “Modelo” que fuera más considerado con Canarias y que fuera sostenible. No debemos seguir permitiendo políticas salvajes de explotación, que lo único que dejan son beneficios para unos y tierra quemada para otros.


Hemos estado en manos de especuladores que poco les importa levantar sus "jaimas" de Canarias y marcharse a otros lugares. Aquí no caben malas interpretaciones, los empresarios invierten para sacar rentabilidad a su dinero, pero en Canarias su ferocidad ha sido desproporcionada. Demos gracias que aquí, coexisten los serios y honestos empresarios que reinvierten gran parte de sus ganancias en las islas (los menos), con las multinacionales, que se llevan los beneficios fuera y ahí te quedas. Ahí la diferencia.


Piensan que es compatible traer: “mucho y barato”, con “lo moderado y de mayor calidad”. No sé, no sé. Fidelizar y mantener una oferta de calidad no se improvisa, ni es compatible con las pulseras del tómate lo que quieras hasta que revientes.


Hemos de apostar por un “modelo” que haga realidad ese “Sello de Calidad” de nuestras "Islas Canarias”. Hemos de ser capaces de abastecer a nuestro mercado laboral con nuestro personal especializado y tratar de conseguir exportar a los mejores profesionales del sector por todo el mundo. Profesionales con la solvencia de haber sido formados en nuestras Universidades y con nuestra experiencia. Tenemos que conseguir qué identifiquen a nuestras islas con la máxima calidad y con los mejores servicios profesionales.


Una cosa lleva a la otra, nuestra intención era denunciar el problema del desempleo en nuestra tierra. De paso, hemos querido hacerles ver que con el actual sistema productivo que tenemos en Canarias, jamás lograremos acabar con el desempleo.


En la actualidad, anima a ser ligeramente optimistas viendo la cantidad de personas que se están incorporando a sectores productivos olvidados, como son: La agricultura y la ganadería. Sectores que habíamos abandonado y que en los últimos tiempos los estamos recuperando. En la Provincia de Tenerife alegra saber que otra actividad importante como fueron “Los Astilleros Navales”, están empezando a resurgir y donde hay puestas muchas esperanzas.


En cuanto a los especialistas en reparaciones navales, pasará como con el sector turístico, tendremos que formar a nuestra gente para evitar tener que traer de fuera a todos esos especialistas que va precisar el sector.


Respecto al repunte al alza de los trabajadores del campo, es una magnífica noticia. Se ha conseguido satisfacer los anhelos de nuestros agricultores que siempre añoraron introducir sus productos en los hoteles y en las grandes superficies.


Es una forma de no depender tanto del exterior y de dar a conocer lo mucho y bueno que por aquí tenemos. Que no abastecerán el mercado, seguro que no, pero contribuirán a reactivar y a embellecer los campos abandonados, a rebajar las listas del paro y a potenciar una especialidad profesional que teníamos abandonada.


No son sólo verduras, hortalizas, tubérculos, fruta, etc, etc., es el comienzo esperanzador de poder introducir otros productos de nuestra tierra.


¡Todo se andará!


No pretendo tener razón, pero así es como lo veo.






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Francisco Toledo Martín.

Libre@Diario