IUC advierte que la Terminal del Tenerife Sur puede convertirse en “megapelotazo ultraperiférico”
SANTA CRUZ DE TENERIFE
Izquierda Unida Canaria (IUC) denuncia que la campaña del presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, para paralizar y sustituir la construcción de una terminal de 54 millones de euros, en el Aeropuerto del Sur, por otra de 300 millones puede convertirse en un “megapelotazo ultraperiférico”.
IUC rechaza que se exija dilapidar 250 millones en una obra innecesaria cuando hay tantas necesidades reales. Recuerda que, en enero de 2004, el entonces presidente del Cabildo, Ricardo Melchior, exigió construir una segunda pista en el Aeropuerto del Sur, porque, si no, se “colapsaría" en 2015. En la actualidad, la pista existente se usa al 46,2% en temporada y horario de máximo tráfico. Jamás ha existido riesgo de colapso. Por tanto, se demuestra que desde el Cabildo se engañó al pueblo tinerfeño para despilfarrar cientos de millones de euros en una pista innecesaria.
Asimismo, las encuestas a viajeros sobre calidad del Aeropuerto del Sur realizadas con metodología homologada ASQ, puntúan con notable alto al aeródromo sureño y lo colocan por delante de aeropuertos como Londres-Gatwick, Estocolmo, Helsinki o Venecia. Es más, los costes de tasas de rotación son un 30% inferiores respecto a la media de destinos competidores.
La Asociación de Líneas Aéreas apoya las reformas previstas por AENA en el Aeropuerto del Sur, y desde IUC se exige que tales inversiones en infraestructuras se basen en criterios de calidad, eficiencia y racionalidad económica. La Asociación advierte que el transporte aéreo paga todas las inversiones reguladas en infraestructuras aeroportuarias a través de tarifas. Esto quiere decir que, si se construyen infraestructuras innecesarias, las pagan las compañías aéreas y, obviamente, los pasajeros que ven el precio de los billetes incrementados.
IUC señala que Alonso está intentando que las empresas del sector aéreo paguen por infraestructuras innecesarias para así beneficiar a un reducido número de empresas constructoras. Y, para ello, trata de activar el victimismo y denunciar un supuesto trato colonial cuando está exigiendo un despilfarro monumental de unas cantidades de dinero con las que podrían construirse miles de viviendas.
La formación de izquierdas propone la creación de un organismo independiente que evalúe la necesidad y la rentabilidad de las inversiones en infraestructuras para proteger a la sociedad de la alianza entre políticos y empresarios sin escrúpulos.
