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El 'agotamiento' de la confianza empresarial evidencia la desaceleración de la economía canaria

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SESE


SANTA CRUZ DE TENERIFE


La desaceleración que está experimentando la economía canaria se percibe en el nivel de confianza empresarial que, a pesar de crecer un 0,3% en el cuarto trimestre, frente a los retrocesos registrados en los tres trimestres precedentes, se aleja de los niveles alcanzados en este mismo periodo los cinco años anteriores. En octubre de 2017 el ICE registraba una variación trimestral del 3,1%.

Canarias, junto con Galicia y La Rioja, se sitúa entre las tres únicas comunidades en las que crece el Índice de Confianza Empresarial en el cuarto trimestre respecto al trimestre anterior, mientras que en la Comunidad de Aragón este índice se mantiene y en las restantes trece comunidades la confianza retrocede, situándose a la cola Baleares por el final de la temporada turística (-4,7%).

Ésta es la principal conclusión que se extrae del último estudio de confianza empresarial analizado por la Cámara de Santa Cruz de Tenerife, con la información facilitada por el Instituto Canario de Estadística (http://estudios.camaratenerife.com/) y que como indicador cualitativo que es, pudiera estar adelantando una moderación en los ritmos de crecimiento tanto de la actividad empresarial como del empleo.

De hecho, los empresarios canarios moderan sus expectativas de contratación para el cuarto trimestre del año, en el que se apunta más hacia la estabilidad de los empleos existentes (76,5%). Después de un aumento en las contrataciones del 15,4% en la temporada estival, éstas pasarían a unas previsiones de crecimiento del 11% para el cuarto trimestre del año. Un menor ritmo de contratación que, por el momento, se traslada a la estabilidad, ya que las respuestas que apuntan un descenso en el empleo se mantienen en el entorno del 12% (12,5%).

A la luz de estos comportamientos, el presidente de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, Santiago Sesé, ha afirmado que es evidente que la confianza empresarial "comienza a dar síntomas de agotamiento debido, entre otros factores, a la incertidumbre política y a la ausencia de nuevas reformas estructurales que continúen estimulando la actividad económica y el empleo".

En su opinión, "se trata de condicionantes internos a nuestra economía que también se están viendo alimentados por otros factores externos que comienzan a impactar como son los derivados de la incertidumbre económica internacional por las políticas proteccionistas de Trump, la desaceleración de la economía China o la evolución de algunas economías europeas como la italiana o la británica en función de cómo finalice la negociación del Brexit; la subida del precio del petróleo o el aumento previsto de los costes de financiación".

Un escenario empresarial que es previo a las últimas propuestas del Ejecutivo nacional en materia presupuestaria, fiscal e incluso laboral que, a juicio del presidente de la Cámara de Comercio, "vienen a añadir más incertidumbre, si cabe, a la difícil situación económica que comenzaba a tener que afrontar nuestro país ante los nuevos y veloces cambios que están aconteciendo".

Desde la institución cameral se opina que la economía tenía un cierto margen para, de manera progresiva, ir recuperando salarios y parte de la pérdida de poder adquisitivo que han sufrido las familias; sin embargo, desde el Servicio de Estudios de la Cámara se estima que, en un momento de desaceleración económica como el actual, "es importante tomar las decisiones con prudencia y progresión, pensando más en el medio y largo plazo, para que no se rompan los equilibrios que hemos ido reconstruyendo durante la crisis".

En esta línea, el presidente cameral cree que en estos momentos en los que aún no se puede afirmar que se ha salido de la crisis, dados los elevados niveles de desempleo que aún se registran y el nivel de deuda pública alcanzado, es importante sopesar los efectos de las decisiones de ingresos y de gastos que se vayan a adoptar.

"Un presupuesto expansivo en el gasto, como el que se está proponiendo, tiene que estar respaldado por unas buenas previsiones de ingresos y con garantías de que éstas van a mantener una tendencia al alza para que no volvamos a incurrir en nuevos aumentos del déficit y con ello de nuestro nivel de endeudamiento y nuestra capacidad de crecimiento en el medio y largo plazo", añadió.

Sesé afirmó que mejorar el estado del bienestar es un objetivo al que ninguno de los agentes sociales y económicos deben renunciar; sin embargo, continúa, "lo más importante es que las decisiones que se adopten sean sostenibles en el tiempo". Desde el sector empresarial creen que las expectativas de crecimiento nacional, a pesar de haberse moderado (2,6% en 2018 y un 2,3% en 2019), siguen siendo muy optimistas, pues están sustentadas en un aumento de la inversión que se encuentra en riesgo, por múltiples decisiones externas o internas que están aconteciendo.

"Por tanto, si estas previsiones de ingresos no son capaces de cubrir el importante incremento del gasto que se prevé para el próximo año (más de 5.000 millones de crecimiento), volveremos a una situación no deseada de crecimiento del déficit, aumento del endeudamiento y mayores gastos financieros que restarán capacidad a los gastos de funcionamiento y al mantenimiento de las políticas sociales que se pretenden recuperar", advierte.

En otro orden de cosas, pero al hilo de las últimas medidas de política económica previstas por el Ejecutivo, "a los empresarios nos gustaría advertir que entre las mismas seguimos echando en falta aquellas tendentes a mejorar la eficiencia y la eficacia del gasto público, una de las grandes reformas estructurales que tiene nuestro país y que aún están pendientes; además de otras que apoyen la competitividad y la productividad de nuestra economía, propiciando el aumento del tamaño de nuestras empresas, su internacionalización o de apoyo a la digitalización, entre otras", concluyó Sesé.

LAS EXPECTATIVAS SE MANTIENEN.

El 23,2% de los negocios afirma que espera mejorar los resultados empresariales frente a un 17,6% que cree que estos se reducirán en el cuarto trimestre del año. Así, la diferencia entre el porcentaje de respuestas favorables y desfavorables sobre el devenir de la actividad de las empresas canarias en los próximos meses, también denominado saldo de expectativas se sitúa en octubre en los 6 puntos. Resultado similar al del trimestre precedente que, sin embargo, se aleja del saldo máximo alcanzado hace justo un año en el que esta misma diferencia era de 17 puntos.

Un 22,2% de los gestores de establecimientos empresariales en Canarias ha tenido una opinión favorable sobre la marcha de su negocio durante los tres meses de verano. Por su parte, un 20,6% afirma que esta se ha visto resentida, arrojando un saldo de situación o diferencia entre respuestas favorables y desfavorables de 2 puntos, frente a los cero puntos del trimestre precedente. El 57,2% de las empresas mantuvo su actividad.

Una leve recuperación trimestral de dos puntos que se mantiene alejada de las expectativas inicialmente previstas para este trimestre (6 puntos) y del resultado de hace un año en el que el saldo de situación alcanzaba los 14 puntos. 

Libre@Diario