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Susana Díaz, la sultana de Andalucía

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Libre


Susana


EL BAR DE PEPE


SUSANA DÍAZ

LA SULTANA DE ANDALUCÍA


A sus 44 años, Susana Díaz es un “animal político”. Desde los 17 años que fue nombrada secretaria de las Juventudes Socialistas de Andalucía, ha pasado por todo lo que se puede pasar para no dar puñetero golpe. Desde concejal de Ayuntamiento sevillano hasta presidenta de la Junta de Andalucía, la señora Díaz ha demostrado su ineficacia en todo cuanto ha tenido encomendado, excepto la gran hazaña de convencer al torero de Camas, Curro Romero, para que se vistiera de Rey Baltasar para la Cabalgata de Reyes del año 2000.


Como estudiante es para quitarse el sombrero, tardó 10 años en terminar la carrera de Derecho, y su currículum vitae la consagra como política vitalicia del pueblo andaluz. Échenle un vistazo, no tiene desperdicio:


Secretaria de Organización de Juventudes Socialistas de Andalucía (1997-2004).

Concejala del Ayuntamiento de Sevilla (1999-2004).

Teniente de Alcalde de Recursos Humanos de Sevilla (2003-2004).

Diputada por Sevilla en el Congreso de los Diputados (2004-2008).

Secretaria de Organización del PSOE de Sevilla (2004-2010).

Diputada por Sevilla en el Parlamento de Andalucía (Desde 2008).

Secretaria de Organización del PSOE-A (2010-2012).

Senadora designada por el Parlamento de Andalucía (2011-2012).

Consejera de Presidencia e Igualdad de la Junta de Andalucía (2012-2013).

Secretaria general del PSOE de Sevilla (2012-2013).

Presidenta de la Junta de Andalucía (Desde 2013).

Secretaria general del PSOE-A (Desde 2013).

Presidenta del Consejo de Política Federal del PSOE (Desde 2014).

Candidata a la secretaría general del PSOE (2017)


Cuando Susana Díaz dice que el Psoe es de todos sus afiliados deberá pensar que es más suyo que de muchos, lleva 25 años de “militancia”.


De buenos profesores le viene la vena política a la señora, desde Felipe González, pasando por Rubalcaba o Rodríguez Zapatero, hasta Chávez o Griñán, la líder andaluza sabe muy bien lo que es la poltrona y de qué forma sentar sus posaderas para adherirse por el tiempo de los tiempos… amén.


Su ambición por el poder no le deja ver la realidad que le rodea; los andaluces, el pueblo andaluz, siguen estando en el batallón de los torpes de la Unión Europea, por ejemplo baste saber que Andalucía es la segunda región de la UE con mayor tasa de desempleo y es una de las seis españolas -con Melilla, Canarias, Extremadura, Ceuta y Castilla-La Mancha- junto a cuatro griegas, que ocupan los diez primeros puestos, según los datos publicados por la oficina estadística comunitaria Eurostat.


Datos sobre la pobreza y desigualdad social en el sur de España, nos muestra una Andalucía similar a la de los años de la dictadura franquista, la modernidad de las autopistas y las infraestructuras efectuadas para la Expo del 92, no es suficiente para encubrir la realidad.


El empeoramiento de la situación en Andalucía ha sido tan acusado que se han alcanzado cifras peores de las que se daban en los años previos a la crisis. Y en este sentido, los que más sufren este empeoramiento han sido los niños. Los datos sobre la pobreza infantil reflejan que casi la cuarta parte de los menores andaluces viven por debajo del umbral de la pobreza.


El apartado dedicado a la sanidad, donde los recortes y ajustes presupuestarios también se están notando en Andalucía. Los sindicatos del sistema sanitario cifran en más de 7.000 los empleos eliminados en el SAS desde 2010 y subrayan su impacto en la calidad de la asistencia sanitaria.


La educación pone de manifiesto el alto porcentaje de alumnos andaluces que no tienen acceso a algún recurso educativo. También destaca la elevada tasa de abandono temprano de la educación y la formación en Andalucía y cómo el entorno socio-económico de los jóvenes es clave en el abandono.


Los desahucios siguen suponiendo un grave problema para muchas familias andaluzas, aunque este drama ya no esté tan presente en los medios de comunicación. Andalucía registró hasta junio de 2017 el 19 % de las ejecuciones hipotecarias a nivel nacional que suponen 7.703 ejecuciones hipotecarias, según las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)


Mientras la presidenta de la Junta de Andalucía se nos presenta como “salvadora de los valores intrínsecos del Psoe”, de “verdadera canalizadora del sentimiento socialista”, cuando hace este tipo de discurso, cuando transforma, mediante la mentira, la verdad de su entorno, cuando la ambición le ha cegado tanto que la ha convertido en una cínica, en una hipócrita que mientras en su casa andaluza sus hijos pasan hambre y andan descalzos, ella se postula para ocupar, para seguir ocupando el Palacio de San Telmo en Sevilla.


Me da miedo, siento temor por personas como Casado y Rivera, como Puigdemont o Susana Diaz, que anteponen su deseo de poder a lo verdaderamente importante que no es otra cosa que intentar conseguir una sociedad más justa y solidaria.


Los sondeos de opinión avisan que la popularidad de la presidenta ha decaído y sigue decayendo entre los votantes andaluces, todos lo sabemos y parece que nadie quiere saberlo, todos miran al ombligo cuando se trata de programar unas primarias y que se presenten nuevos personajes, honrados y sin mas ínfulas que el servicio a los suyos, al sacrificado y puteado pueblo andaluz.


Suprimir a Susana del panorama político del Psoe es un acto de honradez, algo obligado y necesario, sobre todo hacerlo ahora, antes de la sentencia del proceso ERE, luego será tarde, está vez ni con el apoyo de Cs podrá gobernar, las cartas están echadas y los triunfos están en la mano de Teresa Rodríguez de Unidos Podemos, es hora de dejar de mirarse el ombligo y actuar con “vista larga, paso corto y mala leche”.


Votar a Susana Díaz es tirar el voto a la basura. Luego que nadie se queje.




Joaquín Hernández, periodista y analista político

Libre@Diario